Ramón Tamanes: «La baronesa Thyssen debería ser ya duquesa»

–Académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Moral y política parece que no casan muy bien...
–Eso dicen. Aquí están divorciadas.

–¿Hace falta más moral o más política?
–Ambas por igual. La política sin moral es opresora. La moral sin política es vida contemplativa.

–¿Cuánto tiempo calcula que podemos vivir al borde del abismo?
–El estancamiento puede durar de 8 a 10 años. Si lo hacemos mal, 10 más.

–Le preguntarán qué hacer con los ahorros. ¿Qué aconseja?
–No ponerse nervioso ni histérico. Volver a la peseta es imposible.

–También que cuándo saldremos de ésta. ¿Qué responde?
–No lo sabe nadie.

–Carmen Cervera dice que los ricos están en crisis. ¿Suena a coña?
–No, pueden tener falta de liquidez. La baronesa Thyssen, mujer extraordinaria, ya debería ser duquesa. Es algo que le debe España. Ha hecho por el arte más que Felipe IV.

–La codicia frente a la ética. ¿Quién gana siempre?
–La codicia acaba fracasando: el afán por ganar dinero sin base científica pierde siempre. Los especuladores también pierden.

–Si el mercado manda en los políticos, ¿quién manda en el mercado?
–La oferta y la demanda. La especulación es el alcaloide del mercado.

–¿Las tertulias económicas superarán en audiencia a las de cotilleo?
–No lo creo; el cotilleo está más al alcance todos.

–A mí me parece que la prima de riesgo ya es como Belén Esteban...
–Exagera. Pero la verdad es que sólo se piensa en términos financieros, mientras el tejido productivo se hunde. Ese es el problema.

–Si la crisis es por falta de decencia, la solución resulta más difícil, ¿no?
–En gran parte lo es, y los responsables son los reguladores y los políticos. Se miente mucho en la política. Hay que empezar por adecentarla.

–¿Las leyes son como las telas de araña, que apresan a los pequeños y dejan escapar a los grandes?
–Más que a los pequeños, apresan a los incautos. Los grandes no caen en las telas de araña porque navegan por otros espacios.

–«Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos, de mofa» (Demócrates).