Andalucía
Cáritas llega a Navidad con sus recursos asistenciales «al límite»
El cambio de perfil se consolida en 2010: parados a los que se les ha acabado la prestación.
SEVILLA- Despachos parroquiales donde diariamente se liquidan las existencias de alimentos y ropa, albergues saturados, programas para la reinserción de toxicómanos cada vez más demandados, comedores sociales a rebosar... La ONG católica Cáritas llega a Navidad con sus recursos «al límite», dada la virulencia con la que los efectos de la crisis económica recorren la región. Si el año pasado la campaña de invierno fue extraordinariamente masiva, este año se prevé un «colapso» en la institución dependiente de la Iglesia si las asistencias se mantienen, tal y como reconoce la secretaria general de Cáritas Andalucía, Auxiliadora González.
En 2010 los voluntarios han ofrecido ayuda a más de 260.000 personas, 200.000 de las cuales acudieron a las parroquias de los municipios y capitales de provincia. Un recurso cercano donde se conocen de primera mano las necesidades de las familias y los recursos que pueden utilizar. Pero si por algo se puede caracterizar el año que ya expira es por la consolidación del cambio de perfil de los demandantes. Según González, ahora acuden a Cáritas «personas normalizadas con familias estructuradas en las que uno de los miembros ha perdido el empleo y ya no pueden hacer frente a los gastos domésticos». El itinerario vital se repite en cada caso: familias que subsistían con 1.500 o 2.000 euros y que, cuando uno de los miembros queda desempleado y posteriormente se agota la prestación, sólo tienen las redes familiares para seguir adelante. «Si éstas empiezan a fallar se acude a Cáritas para subsistir», señala González. ¿Qué es lo que se solicita? Principalmente ayuda económica para hacer frente a pagos relacionados con la vivienda. «Atendemos a personas que se han hipotecado, incluso accedieron a una segunda vivienda, y ahora han tenido que abandonar esta última y tienen muchos problemas para pagar la primera», sostiene González, al tiempo que matiza que Cáritas «no es un banco», por lo que la institución tiene que priorizar sus recursos económicos y atender los casos más urgentes.
«Apoyamos algunos alquileres, incluso casos concretos de hipotecas tan sólo un mes, ya que hay que prestar atención a otras problemáticas», señala. Por ello, apuesta por llevar a cabo procesos de acompañamiento para que los afectados busquen viviendas alternativas de alquiler. Aún así, González reconoce que «es complicado venir a Cáritas a pedir ayuda» y que a muchos demandantes les da «vergüenza» acudir a sus instalaciones.
Financiación
A pesar de la crisis, los voluntarios ven «elementos positivos» a la hora de confeccionar las previsiones de gasto. «Han aumentado los donativos privados y confiamos en que esta campaña de Navidad sea como la del año pasado». El 63 por ciento de los recursos de la institución son propios, a través de las colectas de las parroquias y los donativos privados. Estos ingresos se dedican, principalmente, a atender las necesidades más inmediatas como alimentación y ropa. El 36 por ciento restante proviene de la Administración. En este capítulo, la institución pone en marcha proyectos específicos de ayuda a mujeres, inmigrantes y toxicómanos.
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