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Simplemente gracias
Desde el antiguo empedrado de la Plaza de Cascorro hasta la calle de los Embajadores, desde la Ronda de Valencia pasando por una Atocha que todavía añora su «scalextric» y que por el Paseo del Prado nos lleva a Neptuno, dios de los atléticos, llegamos hasta la diosa que ya les espera; la Cibeles. Todas estas calles esta noche no van a dormir. Velaran las armas para, mañana, poder recibir a los hijos de todas las tierras y rincones de España, que con una sola ilusión, con un solo nombre en sus gargantas van a intentar hacernos campeones del mundo de futbol. Hoy que todavía algunos se empeñan en separar a los españoles en localismos estériles, ninguna ciudad como Madrid para entender que la diversidad y la riqueza de este país es necesaria para entendernos a nosotros mismos. Ninguna ciudad como Madrid para entender que sin cualquiera de sus partes no existiría el todo. Madrid, que ha crecido de la mano de vascos, catalanes, gallegos, andaluces y por supuesto castellanos, es el sitio adecuado para recibir a aquellos que nos han recordado que juntos, siempre hemos podido.Porque, pase lo que pase este domingo, Madrid se va a engalanar para recibir a un grupo de chavales, de Navarra , de Asturias, de Madrid, de Cataluña, en definitiva de toda España, que nos han recordado lo que somos; una Nación.
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