Ferias taurinas

Aparicio sale de la UCI

Julio Aparicio, en Las Ventas
Julio Aparicio, en Las Ventaslarazon

El matador de toros Julio Aparicio fue trasladado ayer de la Unidad de Cuidados Intensivos a planta en el Hospital Universitario Doce de Octubre de la capital en una muestra significativa de la buena evolución de las heridas provocadas por el astado de Juan Pedro Domecq el viernes pasado.Los facultativos que atienden al diestro aseguran que «el progreso en el estado del diestro es muy favorable, como demuestra el cambio sustancial en el pronóstico del herido, que ha pasado de ser muy grave a meno grave». Las posibilidades de que queden secuelas físicas irreversibles en Aparicio quedan completamente descartadas, a pesar de la espectacularidad del percance, que hizo temer lo peor para su vida.El traslado a un módulo de hospitalización convencional se produjo justo después de que el equipo de cirugía maxilofacial que le operó le retirase la cánula de la traequeotomía, que se le había puesto para facilitarle la respiración durante la intervención quirúrgica a la que se sometió al torero sevillano durante la madrugada del pasado viernes al sábado. Desde el entorno del matador se muestran mucho más tranquilos y felices por el buen desarrollo de los acontecimientos. Tanto «El niño de Las Ventas» como Rafael González, banderilleros ambos del diestro, se han convertidos en portavoces de la familia. Uno de ellos, González, se mostró agradecido por el interés mostrado por parte de muchas personas por la salud de su jefe, que quieren conocer la evolución que está llevando Julio.No hay que olvidar que la recuperación sólo acaba de empezar, y que será dura y prolongada en el tiempo, es por ello que desde su cuadrilla reiteran que, «aún necesita mucha tranquilidad y ninguna emoción fuerte, por eso sólo le están visitando sus familiares más cercanos». «Yo mismo, por ejemplo, aún no le he visitado», comentó su sulbalterno a los medios de comunicación.Recuperaciones milagrosasMuestra de que los toreros están hechos de otra pasta es la notable recuperación que está experimentando Julio Aparicio. En apenas 72 horas se ha pasado de temer por su vida y pensar en las terribles consecuencias que le pudiese dejar tan terrible cornada en el cuello, a un optimismo moderado porque los plazos de la recuperación no han sufrido retraso alguno, si cabe, llevan un ritmo presto.Como ya sucediese con el percance sufrido por José Tomás en tierras mexicanas el pasado mes de abril, la casta y el orgullo torero puede más que las previsones de los médicos a la hora de recuperarse, y hace que la convalecencia y la recuperación se aceleren con respecto a la que llevarían ciudadanos normales que no tuviesen la casta y el pundonor que estos maestros de tauromaquia.