África

Londres

Grietas entre los aliados por el coste de la guerra en Libia

David Cameron volvió a insistir ayer que la misión en Libia durará «todo el tiempo que sea necesario».

Un voluntario limpia una camilla con sangre en un hospital de campaña cerca de Misrata
Un voluntario limpia una camilla con sangre en un hospital de campaña cerca de Misratalarazon

El «premier» tuvo que hacer la matización después de que el «Daily Telegraph» sacara a la luz una carta en la que el jefe de operaciones de combate de la Royal Air Force (RAF), el mariscal del aire Simon Bryant, advertía al Parlamento que la fuerza aérea se vería en serios problemas si la misión contra las fuerzas de Gadafi se prolongaba más allá de septiembre.

La misiva fue entregada el mes pasado sin intención de hacerse pública y, en ella, el alto mando británico aseguraba que tanto esta operación como la de Afganistán estaban sometiendo a su equipo a fuertes presiones. La moral de los aviadores es «frágil» y su espíritu de combate está siendo amenazado por el exceso de trabajo, un ánimo que sin duda empeorará en los próximos meses, ya que, tal y como recuerda el mariscal, se tendrán que enfrentar a los duros recortes anunciados por el Gobierno de coalición. En los próximos tres años, la RAF tendrá que reducir su personal un 15%. La mitad de sus oficiales podría irse al paro.

«Insostenible»
La semana pasada, Sir Mark Stanhope, jefe de la Marina Real, también advirtió que las operaciones actuales eran «insostenibles». El propio secretario general del Tesoro, Danny Alexander, admitió que la intervención en el norte de África había sobrepasado con creces las estimaciones presupuestarias iniciales, pudiendo llegar a cientos de miles de millones de libras.

En Downing Street existe una gran preocupación por el asunto. Aun así, Cameron se resiste a demostrarlo en público y ayer, ante las preguntas de los periodistas, insistió en que se podía «mantener la presión». A pesar de que el «tory» intentó aparentar que la operación está teniendo éxito, lo cierto es cada vez se está poniendo más en duda en el ámbito internacional. La misión comenzó en marzo y los aliados nunca pensaron que se iba a dilatar tanto tiempo. Además, son ya muchos los civiles que han muerto en los últimos días.

Después de que el Gobierno libio acusara a la OTAN del «martirio de 19 inocentes, entre ellos ocho niños», en un ataque aéreo efectuado el lunes contra la ciudad de Surman, al oeste de Trípoli, la Alianza admitió que había atacado cuatro edificios que funcionaban como centro de mando y control de las fuerzas de Gadafi, lo cual, a su juicio, los convertía en un «objetivo militar legítimo». El ataque se produjo 24 horas después de que la OTAN reconociera que uno de sus misiles había causado la muerte de nueve civiles durante un ataque aéreo.

Hasta el momento, el coste de la operación militar y la asistencia humanitaria a Libia asciende a 715,9 millones de dólares, según el informe de la Casa Blanca enviado la pasada semana al Congreso norteamericano. El documento indica que, para finales de septiembre, el coste habrá llegado a los 1.100 millones de dólares. Por su parte, la guerra de Afganistán cuesta a los contribuyentes estadounidenses en torno a los 10.000 millones de dólares al mes.

Además, el Congreso norteamericano ha amenazado con detener el suministro de fondos para la operación porque el presidente Barack Obama ordenó la campaña militar sin el permiso del Congreso. En contraste con esta enmienda, los senadores John Kerry y John McCain presentaron ayer una resolución bipartidista que limita a un año las operaciones militares de Estados Unidos en Libia. Francia, por su parte, ha manifestado que sus efectivos aéreos tendrán que volver al país el próximo otoño, mientras que en Italia, el debate sobre su contribución en la contienda libia ha vuelto a resurgir a raíz de la muerte «accidental» de civiles en varios ataques de la OTAN.

El embajador libio deja España el sábado
Ajeli Abdussalam Ali Breni abandonará España el sábado en cumplimiento de la orden de expulsión dictada contra él por el Gobierno el pasado viernes. El embajador y ex ministro de Economía de Gadafi tenía un plazo de diez días para salir del país tras negarse en repetidas ocasiones a cambiar de bando. Según declararon a LA RAZÓN fuentes próximas a la legación, Ali Breni, que se encuentra «muy animado», volará a Túnez antes de dirigirse a Trípoli por carretera.

El viernes tienen previsto dejar España otros tres funcionarios también expulsados por realizar «actividades incompatibles» con su estatus diplomático. Las mismas fuentes añadieron que la mujer y dos hijos de Ali Breni, de 14 y 18 años, permanecerán en Madrid hasta finales de julio, cuando concluyen sus clases. El Ejecutivo de Zapatero ya ha reconocido al CNT y ha cesado a su embajador en Trípoli, informa M. Gutiérrez.