La reforma es cosa de dos

Los españoles están preocupados por la crisis y sus consecuencias. Un mecanismo para afrontarla y lograr la confianza de los mercados internacionales y las instituciones europeas ha sido la reforma constitucional. Desde algunos sectores de la izquierda radical, los nacionalistas y los medios de comunicación afines se plantean una serie de críticas bastante inconsistentes. La reforma no sólo era útil sino imprescindible. La alternativa era seguir en el abismo a la espera de caer en cualquier momento. La tesis de que la Constitución es cosa de dos es realmente pintoresca, porque el peso y la representación del PP y el PSOE no tienen nada que ver con el resto de partidos que se han opuesto. Hay que respetar a las minorías, pero no pueden condicionar la voluntad mayoritaria o imponer sus posiciones. Con respecto a las delirantes posiciones del fracasado Llamazares e IU poco se puede decir porque son inconsistentes. La situación de CiU y PNV es diferente porque su nacionalismo es incompatible con muchas políticas de Estado.