Champions League

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Dos delanteros y un destino

Dos delanteros y un destino
Dos delanteros y un destinolarazon

Un perro de raza

Higuaín es el mejor perro entre todos los perros de presa, mientras que Benzema es un gato con tendencia al sobrepeso y las maneras de Garfield.

Hay una máxima que servidora suscribe porque le parece una verdad indiscutible: el mejor de los gatos no le llega ni a la suela del zapato al peor de los perros. Sé que esto no me hará muy popular entre los amantes de los mininos, seres humanos que gustan de ser rechazados e ignorados por un animal zalamero, mentiroso, escurridizo y sumamente caprichoso. El carácter infernal de los gatos contrasta con la actitud leal y honesta de los perros. Los canes, diseñados específicamente para hacer más felices a las personas, son capaces de mejorarlo todo. Mejoran una casa, un cuadro, un rebaño, y hasta mejoran un equipo como el Real Madrid, repleto de gallitos. Gonzalo Higuaín es un dogo argentino, el mejor perro entre todos los perros de presa, mientras que Benzema es un gato con tendencia al sobrepeso y con las maneras de Garfield.
Sé que esto tampoco me hará muy popular entre los madridistas, que están dispuestos a bendecir todas y cada una de las decisiones del ser supremo (entre ellas, el pastón que se gastó en el francés), pero comparar a Higuaín y a Benzema es como comparar a un pilier con la muñequita que baila en las cajas de música, una muñequita a la que le fallan bastante a menudo la motivación, la actitud y el empuje necesarios para ocupar una plaza que tiene un dueño y que no es otro que un tipo duro, de ésos de poco gesto y pocas palabras y que, nada más recuperarse de una operación de espalda (ahí es nada), ha demostrado que él solo es capaz de resolver la vida de los demás en el campo. Un perro magnífico.

María José Navarro

¿Por H o por B? Por B

Benzema genera ilusión y fue recomendado por el mejor futbolista que se ha puesto la camiseta del Madrid desde Di Stéfano, Zidane.

Tenemos a un delantero recomendado por el mejor futbolista que se ha puesto la camiseta del Real Madrid desde Di Stéfano, Zinedine Zidane; y tenemos a un fichaje de precio abultado por el listo de Mijatovic cuando trabajaba para Ramón Calderón. Se podrá argumentar que si Calígula nombra senador a su caballo, la culpa no es del caballo. Pero, aunque Benzema no sea un fenómeno sólo por el pedigrí de su mentor ni Higuaín sea un desecho de tienta sólo porque formó parte de un oscuro trajín interoceánico de millones, el uno llegó bendecido y el otro nació con la marca del pecado original. Los clubes se gestionan como empresas, así que no debe extrañarnos que los ejecutivos traten al trabajador de diferente modo atendiendo a su historial en la compañía. Higuaín fue una (involuntaria) fuente de problemas; Benzema, un generador de ilusión.
Luego, está la refutabilidad obligatoria de lo que escriba la taimada María José Navarro sobre el Madrid. Para ella, como para todos los atléticos, el presidente no debería ser Florentino, sino Forrest Gump; el delantero centro ideal sería Falete, y alinearía como portero al Bombero Torero. Si mi vecina dice que Higuaín es una estrella y que Benzema es un babucha, renueven por diez temporadas al francés y cedan al argentino al Moscardó. ¿Cómo va a ser sin la preocupación de una colchonera por el eterno rival? Por eso habla tan bien de Torres: para ver si pica a Mourinho, lo ficha y hunde a los madridistas. En este vecindario ya nos vamos conociendo y sabemos de qué pie cojea cada cual. ¡Hala Karim!

Lucas Haurie