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La biblia y el sexo por Marina CASTAÑO

La biblia y el sexo, por Marina CASTAÑO
La biblia y el sexo, por Marina CASTAÑOlarazon

Hace no mucho cayó en mis manos un estudio que han hecho dos profesores norteamericanos acerca de la presencia del sexo en el libro guía de todos los cristianos. La pregunta podría ser: ¿Qué dice realmente la Biblia acerca del sexo? Si bien los cristianos más conservadores insisten en que el texto sólo apoya el sexo estrictamente dentro de los límites del matrimonio estos autores tratan de demostrar lo contrario, basándose en una bellísima oda de dos enamorados. Éste sería más o menos el diálogo: «Todo en ti es hermoso, mi amor, tus ojos, tu cabello, tus dientes, tus labios, tu cuello, tus pechos… no hay ningún defecto en ti». Ella, presa también de la lujuria le responde: «Amante mío, pon tu mano en mi monte de mirra». Es la canción de Salomón, un poema cuyos orígenes pudieran proceder de canciones paganas de Egipto, 1.200 años antes de Jesucristo. Algunos estudiosos se empeñaron durante siglos en suavizar el ardor que se expresa en este diálogo, asegurando que significa más de lo que podemos ver, argumentando que se trata del amor de Dios por Israel, o bien del amor de Jesús por la Iglesia, pero no es más cosa, ni tampoco menos cosa que una antigua pieza de literatura erótica, una celebración del cumplimiento del deseo sexual. Críticos conservadores dicen que la coherencia es precisamente lo que ofrece la Biblia en el sexo. Leyéndola en el contexto de la tradición cristiana y con la conciencia de que es un texto «divinamente inspirado», es decir, manado directamente de Dios, un creyente puede llegar a una única conclusión: la intimidad sexual fuera de un compromiso de por vida entre dos personas no es de conformidad con el Creador. Estas batallas por la interpretación del libro de libros son tan antiguas como la Biblia misma.