Poesía
Triste y sola por Jorge Urosa
El pasado día 17 de enero falleció el Catedrático de Derecho Civil de la Universidad Rey Juan Carlos Don José Pérez de Vargas Muñoz. Dicho así puede no entenderse el porqué de esta referencia; para aclararlo, podría explicar que era el presidente de la Fundación de la Universidad Rey Juan Carlos, o que era director del Colegio Mayor Pío XII, o también podría hablar de su extensa carrera académica, de sus publicaciones o, en definitiva, de sus aportaciones fundamentales al Derecho de nuestro país.
Sin embargo, no voy a hacerlo porque habrá quien lo haga más acertadamente que yo, y además porque creo que, en el caso del profesor Pérez de Vargas, es más importante su humanidad que sus méritos académicos, siendo éstos importantes y copiosos.
Don José era sobre todo, un profesor; nunca entendió esta nueva visión del profesor investigador que se olvida de sus alumnos. Pérez de Vargas era un docente en el más amplio sentido de la palabra; trabajaba y vivía para sus alumnos, creía en la labor no sólo informativa sino, sobre todo, formativa de los docentes.
Creía que el profesor debe conocer a sus alumnos, sus problemas y sus circunstancias, porque si no difícilmente podrá ayudarles. Era un hombre honesto, frontal, sin dobleces, ni con los amigos, ni con los enemigos, pero era sobre todo un hombre sincero, lo cual es una rara cualidad en estos tiempos.
Su pérdida es trascendente para su familia en primer lugar, para la Universidad Española y la Rey Juan Carlos en segundo término, pero también, y en no en menor medida, para la educación en España, porque el profesor José Pérez de Vargas era un docente que además siempre quiso serlo, y de esos empiezan a quedar muy pocos.
Descanse en Paz.
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