Cancún
El acuerdo de Cancún una victoria para Europa
«Aunque ya tenemos encima el frío, hay una buena razón para reflexionar sobre el calentamiento global y la reciente Conferencia sobre el Clima celebrada en Cancún. Puede parecer increíble, ya que en Europa estamos tiritando, pero 2010 ha sido uno de los años más cálidos desde que se conservan registros. Las catástrofes climáticas, desde los incendios de Moscú hasta las inundaciones de Pakistán y Venezuela, son un preludio de lo que se avecina, a menos que nos enfrentemos al desafío que supone el cambio climático. Ésta es la razón por la que el paquete de medidas firmado en Cancún bien puede ser el mejor regalo de estas navidades.
¿Qué contiene el paquete? Bastantes cosas. Y Europa puede sentirse orgullosa de haber contribuido en gran medida a darle contenido. Los puntos esenciales del acuerdo se basan en los resultados que logramos en Copenhague, entre los que figuran el objetivo de los 2 °C y los compromisos de reducción que asumieron los países con vistas a Copenhague, así como el compromiso de las naciones desarrolladas de dar financiación a los países en desarrollo: 30.000 millones de dólares estadounidenses a corto plazo (2010-2012) y 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2020. Cabe destacar, asimismo, las normas sobre transparencia o, dicho de otro modo, cómo los países miden y declaran sus emisiones. Esas normas son esenciales para garantizar que los países cumplan sus promesas, y también para poder evaluar el impacto de los proyectos climáticos de países en desarrollo que se financian con el dinero de los contribuyentes europeos.
En Cancún todos los países menos Bolivia han suscrito lo acordado en Copenhague, pero no sólo eso: se ha dado también algún paso adelante. Aparte del refuerzo de las normas sobre transparencia, el acuerdo alcanzado contiene una serie de decisiones para mejorar la cooperación tecnológica entre el Norte y el Sur, un acuerdo sobre la adaptación de los países en desarrollo al clima y un mecanismo para frenar la deforestación en los Trópicos.
Europa ha desempeñado un papel esencial en la fase política de las negociaciones. Además, hemos puesto todo nuestro empeño para avanzar en el ámbito técnico y en el estratégico. Y no soy yo quien lo dice. En una reunión con la UE el último día de las negociaciones, la ministra de Asuntos Exteriores de México, Patricia Espinosa, afirmó explícitamente que, sin la labor constructiva de Europa, habría resultado imposible reconducir el proceso.
Problemas pendientes
Cancún no ha resuelto todos los problemas. Los compromisos de reducción no son suficientes para mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 2 °C, y quedan cuestiones pendientes, como la forma jurídica del acuerdo o el modo de proporcionar la financiación a largo plazo.
Pero Cancún ha demostrado que el proceso multilateral puede dar sus frutos. Ahora tenemos un acuerdo. Con todo, queda aún mucho trabajo por delante, tanto en el ámbito internacional como en el nacional. En Europa ya nos hemos puesto manos a la obra. El próximo año presentaremos un programa para la creación de una economía de bajas emisiones de carbono, inteligente e innovadora, de aquí a 2050. Lo hacemos por el medio ambiente, pero también en aras de la competitividad y de la seguridad energética.
Si hay algo a lo que la UE debería consagrar tiempo es a lograr que seguridad energética, crecimiento económico y protección del clima vayan de la mano. La esencia de nuestra comunidad es asumir juntos los retos que los Estados miembros no pueden hacer frente por separado».
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