Castilla y León

Más indignados

La Razón
La RazónLa Razón

Todos estamos indignados con lo que ocurre a nuestro alrededor, pero sólo 9.000 personas salieron a la calle en Castilla y León el pasado sábado para unirse a las manifestaciones del 15 - O. El movimiento en sí despertó simpatías cuando surgió, pero enseguida incomodó a políticos, comerciantes y vecinos con sus eternas acampadas, con la ausencia de un proyecto y con su descabezada organización.
Quizá porque estamos tan involucrados en el sistema, que nos chirría ver un grupo numeroso, una tribu que hace piña y que decide instalarse por detrás de la circunferencia.
Desde luego motivos no les faltan. Los sueldos de los banqueros, por ejemplo. Hemos conocido que Banca Cívica, grupo en el que participa Caja de Burgos, paga a sus dos máximos dirigentes un salario de siete millones y medio de euros al año. Al mismo tiempo que firman sus copiosas nóminas, piden clemencia y congelan salarios.
Hartos de ver, leer y escuchar barbaridades de este tipo, los jóvenes «perro flautas» rearman sus argumentos.
Sus ideas se extienden por un centenar de países e incluso en algunos, como Italia, las protestas desembocan en una guerrilla urbana.
Tienen razón, sí, lo digo bien alto. Razón en el fondo, pero no en las formas.
Lo que falla es tan evidente que resulta insultante que nadie haga nada para solucionarlo.
Pero las protestas y las ideas, dentro del sistema, que es el menos malo.