Historia

Museo Reina Sofía

Comando Balenciaga por Sabino Méndez

Balenciaga estuvo a la altura de Dalí o Picasso
Balenciaga estuvo a la altura de Dalí o Picassolarazon

A precio demasiado mi sistema digestivo como para dejarlo entrar en un Mc Donalds. Los rockeros deberíamos adorar las hamburguesas y la cerveza, pero nunca he compartido esa austeridad: es como si comer bien les pareciera afeminado. Algo parecido les pasa con los modistos, rechazándolos y encerrándose sólo en blue-jeans y camisetas de deporte. Los vaqueros son enormemente cómodos, vale, pero no es lo único que hay sobre la faz de la Tierra. Ahora que las autoridades alemanas han puesto de moda lanzar alertas sobre cualquier cosa sin ninguna base científica, yo creo que podríamos lanzar también una alerta general (con o sin ninguna base, da igual) contra el mal gusto. Formar una patrulla especializada que lo denunciara y bautizarla como «Comando Balenciaga». Homenajearíamos así al español que probablemente ha tenido mejor gusto de todos los tiempos.

Con décadas de retraso, se ha inaugurado por fin en su localidad natal del País Vasco un museo dedicado a su obra. Él, que fue seguramente el español más internacional de su época, poco podía imaginar que su reconocimiento para la posteridad iba a tener que desenvolverse en nuestro marco actual de chanchullos del particularismo regionalista, con todo el atraso y desperdicio que esas torpezas caciquiles conllevan.

Pero es momento de olvidar los sinsabores y disfrutar del momento Balenciaga porque, contra las fuerzas del paletismo, el Festival de Cine de San Sebastián aprovechará también el evento para homenajear este año su figura.

La gracia aérea de sus creaciones estuvo a la altura de las obras de un Dalí o un Picasso y consiguió, de una manera natural, el acuerdo del hablante para la palabra modisto; al revés que las ministras que, más tarde, quisieron imponer las miembras. Y es que la naturalidad siempre será una de las claves del éxito.