El asalto a las instituciones

Una de las cosas que tendrá que hacer el nuevo gobierno surgido tras el 20-N es desmontar el control partidista de los organismos de control y reguladores. No para que pasen del PSOE al PP, sino para que se respete la pluralidad de la sociedad española. Las instituciones no pueden ser oficinas de empleo para altos cargos y amigos, muchos de ellos sin méritos conocidos para ocupar esas responsabilidades. Durante casi ocho años ha sido bochornoso el criterio de nombramiento de algunos ministros, secretarios de Estados, subsecretarios, directores generales y asesores. No se ha buscado a los mejores, como sería lógico, sino colocar a militantes socialistas o afines ideológicamente a cargo del erario público. La culminación final de este asalto a las instituciones han sido los organismos reguladores que parecen comités del PSOE. Es insólito. Me resultaría igualmente desastroso que esto lo hiciera el PP. Las instituciones no tienen que estar al servicio de los partidos sino de los españoles.