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El último etarra detenido llevaba el carné de uno de los guardias de Cap Bretón
Madrid-Se trata de una prueba más de la maldad de ETA, y de sus nulas intenciones de disolverse o aceptar una «paz», que no sea bajo sus condiciones. Uno de los últimos detenidos de la banda, Oier Oa Pujol, arrestado el pasado 24 de febrero en la playa de la localidad francesa de Anglet, llevaba, entre otros documentos, una tarjeta falsificada de la Guardia Civil. Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, los responsables del «aparato de falsificación» habían entregado a Oa la tarjeta de identificación de la Benemérita con el mismo número que la que portaba el agente Raúl Centeno que, junto a su compañero Fernando Trapero, fue asesinado, el 1 de diciembre de 2007 en Capbreton.
Para mayor alarde de «chulería»,el nombre falso que habían puesto , junto a la fotografía de Oier Oa era el de Óscar García Bayón. Este segundo apellido coincide con el segundo de Raúl Centeno.
En el momento del atentado de Capbreton, los etarras se hicieron con algunas de las pertenencias de los dos agentes, entre ellas sus tarjetas de identificación.
La totalidad de los etarras implicados en este doble asesinato han sido ya detenidos (gracias a operaciones de la Guardia Civil) y se enfrentan a la cadena perpetua en Francia.
Entre ellos están los que fueron responsables del llamado «aparato militar» Mikel Carrera «Ata», y Garikoitz Azpiazu «Txeroki». Oier Oa se había dejado olvidada en la playa, en la que al parecer, mantuvo una cita con otros miembros de ETA, una mochila en la que estaban los carnés falsificados. Cuando fue a recogerla, montado en una bicicleta, fue detenido por agentes de la CRS (Seguridad Ciudadana).
Los expertos que han analizado los carnés que llevaba este individuo han comprobado la «gran calidad» de las falsificaciones, lo que demuestra que el «sub aparato» de ETA que se ocupa de fabricarlos, dentro del «aparato logístico», se encuentra plenamente operativo y no ha dejado de trabajar en ningún momento.
Tampoco están inactivos –«realmente ningún miembro de la banda lo está», subrayan las referidas fuentes–, los que se ocupan de robar coches y destruir los que tenían hasta ese momento. El pasado 20 de febrero, apareció quemado en el término municipal de La Breille Les Pins, en el departamento de Maine Loire, un Ford Focus gris que había sido robado en julio del año pasado. En la misma localidad, y en esa misma jornada, fue robado, con las llaves puestas, un Citroën C-5 negro.
La actividad de ETA, según expertos consultados por este periódico, se mueve bajo la máxima latina de «si vis pacem, para bellum» («si quieres la paz, prepara la guerra»).
Es decir, la banda trabaja con la hipótesis de que, si los gobiernos español y francés no aceptan sus exigencias, volverán a cometer atentados.
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