Nueva York

Strauss-Kahn se refugia en un «error»

El ex director gerente del FMI lamenta la «inapropiada» relación con Diallo, pero dice que la camarera del Sofitel «mintió». Niega la acusación de violación de Banon

Foto: TF1
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Ante las cámaras, en el canal más visto de Francia y en horario de máxima audiencia, Dominique Strauss-Kahn decidió ayer romper el silencio. Confesarse ante unos compatriotas sedientos algunos de excusas y la mayoría de explicaciones. Sobre todo porque en estos cuatro meses el ex director del Fondo Monetario Internacional ha reservado para sí y para sus abogados su versión de los hechos.

Anoche, por fin, fue la hora de la verdad. Aunque no se explayó en detalles sobre lo que ocurrió en la habitación 2806 del Hotel Sofitel de Nueva York el pasado 14 de mayo, reconoció que mantuvo una relación con Nafissatou Diallo, la camarera que le acusó de agresión sexual e intento de violación. Aunque el mea culpa que entonó estaba perfectamente estudiado. «Lo que sucedió no entraña violencia, ni coacción, ni agresión, ni acto delictivo alguno. No lo digo yo, lo dice el informe del procurador», dijo en su favor, contra el que la Justicia norteamericana abandonó los cargos a finales de agosto ante la multitud de versiones contradictorias sostenidas por la denunciante.

Una acusación que le ha costado su cargo de director gerente del FMI y que ha truncado sus aspiraciones presidenciales en Francia por una relación que, además de «inapropiada», calificó de «falta moral respecto a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos y respecto a los franceses que habían depositado en mí sus esperanzas. Asumo que he malogrado la cita que tenía con ellos».

DSK aprovechó la entrevista para desmentir que el informe médico de Diallo contemplara «huellas de violencia» o que hubiera intentado huir del hotel.

En cuanto al comportamiento de la camarera, Strauss-Kahn, que aseguró que no mantuvieron una relación por dinero, está convencido de que «sus motivaciones son financieras» y no descartó la posibilidad de que alguien le tendiera una trampa. Según el socialista, el informe contiene «algunas sombras» sobre posibles complicidades con la dirección del hotel. Su experiencia con el sistema judicial estadounidense y sus noches en la prisión de Rykers Island le han dejado marcado. «He tenido mucho, mucho miedo. Entre las fauces de esa máquina tienes la impresión de ser machacado, humillado, pisoteado, antes de poder decir una sola palabra».El capítulo de disculpas lo acaparó su mujer, Anne Sinclair. «Una mujer excepcional. No hubiera resistido sin ella. Le he hecho daño, lo sé, y lo lamento».

Strauss-Kahn, que ayer trató de lavar su imagen, aún tiene pendiente en Francia una acusación por intento de violación en 2003 de la periodista Tristane Banon, y por la que declaró ante la policía el pasado lunes. «Ni hubo agresión, ni violencia. Ella ha dado una versión imaginaria y calumniosa» se limitó a decir, aunque reconoció estar «pagando caro» su actitud hacia las mujeres. «He pensado mucho este tiempo y esa ligereza hacia las mujeres la he perdido para siempre».

Si no quiso aventurarse respecto a su futuro político, sí aseguró que no piensa inmiscuirse en las primarias de su partido, aunque está convencido «de la necesidad de la victoria de la izquierda».


Asuntos pendientes
- Tristane Banon, la joven periodista acusó a DSK de intento de violación en 2003. Interrogado por la Policía, el político confesó que «intentó besarla». Ella mantiene que, durante una entrevista, el se mostró agresivo y que tuvo que pelear con él para escapar.
- Nafissatou Diallo, una camarera guineana, le acusó de agresión sexual. DSK fue detenido, estuvo varias noches en prisión y pasó a arresto domiciliario, pero finalmente las acusaciones de la empleada fueron desestimadas por el fiscal de Nueva York. Diallo insistió e interpuso contra él una demanda civil, aún en proceso.