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Solidaridad ante la crisis por Lluís Martínez Sistach
Cáritas presenta este domingo su campaña de Navidad. Se trata de la continuación y la intensificación de la campaña que tiene por lema «Cáritas, un no para nadie». En ella se invita a vivir estas fiestas con austeridad, en sintonía y solidaridad con tantas personas que sufren las consecuencias de la crisis económica actual. Cáritas lo resume de manera muy directa: «Lleva una vida más sencilla, para que los demás puedan sencillamente vivir».
Como he dicho en la carta pastoral «Nueva evangelización y solidaridad», me complace agradecer el aumento de la solidaridad por parte de las parroquias, de Cáritas, de muchas instituciones eclesiales y de muchísimas personas que, como voluntarias y donantes, han hecho y hacen posible aligerar el sufrimiento de muchas personas y familias. Fruto del amor y de la fe cristiana, compartimos nuestros bienes a partir de nuestras propias necesidades o a partir de una situación económica suficiente.
Los cinco millones de parados en España suponen una cifra espantosa, que revela la gravedad de la situación. Esto exige que todas las fuerzas políticas, económicas y sociales se unan para encontrar acuerdos de solución.
Nuestra diócesis no ha permanecido inactiva ante la necesidad de muchas personas. Uno de los objetivos del anterior Plan Pastoral Diocesano era el de crecer en la solidaridad ante la crisis económica. Tal objetivo se alcanzó con creces, pero a pesar de que han aumentado las iniciativas de ayuda a quienes más sufren las consecuencias de la crisis económica, por desgracia ésta todavía persiste. Por ello, en las consultas que se hicieron en la diócesis para preparar el nuevo Plan Pastoral, todos coincidieron en proponer que este objetivo tenía que prorrogarse.
En consecuencia, en el nuevo Plan Pastoral que hemos empezado a aplicar, uno de sus objetivos propone hacer un esfuerzo para vivir la solidaridad ante la crisis como expresión de nuestro amor y de nuestra fe. Como el buen samaritano de quien nos habla el evangelio, los cristianos estamos llamados a acercarnos al necesitado, a constatar cuál es su situación, compadeciéndonos de él y compartiendo con él nuestros bienes materiales y espirituales.
Este tiempo de Adviento nos invita a preparar la venida del Señor, siguiendo sus caminos. Las tres figuras emblemáticas del Adviento nos impulsan a la solidaridad. Isaías, llamado el evangelista del Antiguo Testamento, nos dice: «Si das tu pan a quien pasa gana y satisfaces el hambre de los indigentes, tu oscuridad se llenará de luz y tu anochecer será claro como el mediodía». Cuando la gente preguntaba a Juan Bautista, profeta y heraldo de Cristo: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?», él les contestaba: «Quien tenga dos túnicas dé una a quien no tiene, y quien tenga comida que la comparta con los demás». Y María, la madre del Señor, nos da ejemplo de sensibilidad e iniciativa ante las necesidades del prójimo, intercediendo ante su Hijo en favor de aquellos novios que se encontraban en una situación de necesidad. Por ello hemos titulado el nuevo Plan Pastoral con estas palabras suyas: «Haced todo lo que Jesús os diga».
La Navidad es la expresión de la solidaridad de Dios con el mundo. Invito a vivirla con sentimientos de solidaridad afectiva y efectiva con aquellos que sufren a causa de esta crisis persistente.
Lluís Martínez Sistach
Cardenal Arzobispo de Barcelona
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