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ANÁLISIS: Qué queda de la JMJ por Juan Rubio

La Razón
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- Seis meses después de la Jornada Mundial de la Juventud, cabe preguntar ¿qué queda de ella?
–Fue un acontecimiento que nos dio la oportunidad de poder mostrar a los jóvenes y al mundo la riqueza, pluralidad y universalidad de la Iglesia católica. Sus efectos, muy positivos, siguen siendo hoy evidentes.
 
- ¿Cómo explica el éxito del encuentro?
–En Madrid coincidieron dos voluntades. Primero la de Benedicto XVI, quien quiso encontrarse con los jóvenes. En segundo lugar, la de todo un país que esperaba al Papa, incluso en un momento como el caluroso verano madrileño. Las administraciones a todos los niveles se volcaron. Los participantes dieron una lección cívica y mostraron el orgullo de ser cristiano, algo que hacía mucha falta en España.

- ¿Cómo lo vivió usted?
–La JMJ era un caramelo en dulce para un periodista. Sentía un hormigueo interno por saber que estaba siendo testigo de un acontecimiento histórico. La labor de los periodistas es clave para la Iglesia, pues sin una buena comunicación no puede haber comunión eclesial.

Juan Rubio
Director de la revista «Vida Nueva»