Libia
Una tumba oculta en el desierto
Gadafi ya ha sido enterrado en un lugar secreto. El Consejo Nacional de Transición pide a la OTAN que prolongue su misión en Libia
Ayer al amanecer el cuerpo del ex dictador libio Muamar al Gadafi era enterrado en un lugar no identificado en medio del desierto donde descansará anónimamente para la eternidad. De esta forma, secreta y sin honores, se cerraba un capítulo de la historia de Libia, que es ya leyenda. Pocos detalles han trascendido sobre cómo y quién ha dado la última despedida al coronel, pero las nuevas autoridades libias aseguraron que fue enterrado según el ritual islámico y que finalmente no fue entregado a su tribu, tal y como estaba previsto. Con su cadáver, quedan enterrados todos los crímenes cometidos por Gadafi en sus 42 años de dictadura, que nunca serán juzgados, pero también los posibles crímenes de los rebeldes, que parecen cada vez más indiscutibles a medida que van emergiendo detalles y documentos de cómo fue apresado el Coronel y falleció después. Mientras, el Consejo Nacional Transitorio habría pedido a la OTAN que prolongue su misión en Libia más allá del 31 de octubre, fecha que se baraja para la retirada. En los últimos días, los aviones y barcos de la OTAN siguen patrullando los cielos y costas de Libia, pero no han llevado a cabo ningún bombardeo. El comandante de la misión «protector unificado», el general Charles Bouchard, dijo esta semana que los ciudadanos libios ya no están amenazados por el régimen de Gadafi y que no quedan prácticamente restos de su maquinaria bélica. La OTAN ha dado su misión por cumplida y hace tiempo que entre los aliados hay premura por cerrarla debido al coste de la misma. Un representante del CNT explicó a LA RAZÓN desde Bengasi que su gobierno es consciente del sacrifico económico que la OTAN está realizando, pero aun así agradecería que extendiera su vigilancia en Libia. «Nuestra principal preocupación son las fronteras», dijo Yalal al Galal a este periódico, «no tenemos los medios para controlarlas en su conjunto y asegurarlas».
Por esas fronteras habría intentado escapar el último de los Gadafi que permanece en paradero desconocido: Seif al Islam, hijo predilecto del dictador, que buscaría refugiarse en Níger (sur de Libia). Y por esas porosas fronteras también podrían salir de Libia rumbo al mercado negro las armas que a día de hoy permanecen sin control en el país como, por ejemplo, los misiles tierra-aire, que pueden derribar un avión. La ONG Human Rights Watch volvió a denunciar ayer que "grandes cantidades"de armas explosivas están al alcance de cualquiera en Libia, tras descubrir nuevos depósitos en el área de Sirte.
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