No hay japoneses

Ya no hay japoneses ni en Japón. Obdulio Varela, capitán de Uruguay en la célebre jornada del Maracanazo, tenía al japonés como paradigma del futbolista de ínfima calidad. Para animar a sus compañeros, si estaban preocupados, en el vestuario les decía que no había problema para ganar porque aguardaban unos japoneses. En los años cincuenta, Varela podía tener tal concepto de los futbolistas nipones. Hoy, seguramente, les tendría más respeto. A ellos y a quienes incluía en semejante categoría.Hay partidos en que se puede pensar que se trata de equipos que juegan por invitación dado el fútbol que desarrollan, pero en ningún caso se puede menospreciar la calidad de los jugadores. Aun en los partidos más aburridos es posible ver detalles.La prueba de que ya no hay japoneses, está en los resultados que se están dando. Ya no hay selecciones que se paseen. Para ganar hay que sufrir. Y a veces, además, los tenidos por mejores se van al vestuario con síntomas de fracaso y humillación. Nadie puede sentirse favorito. Han tropezado selecciones de primer orden como España, Inglaterra, Alemania, Italia y ha hecho el ridículo Francia. Nadie puede sentirse seguro por muy favorable que en principio le resultara la composición de su grupo. La selección española, tan generosamente y quizá exageradamente ponderada, tropezó con Suiza y, al parecer, explicar llanamente lo sucedido convierte a quienes lo hacen en traidores. Aragonés, por ejemplo, se limitó a decir lo que opinamos muchos. Espero que no sea delito de lesa patria no cantar glorias cuando hay tropiezos.