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El régimen silencia a los disidentes
SANTIAGO (CUBA)- Lo había advertido antes de que el Papa llegase a Cuba el ministro de Relaciones Exteriores: el régimen no iba a consentir que la visita fuese politizada. Quedó bien claro el lunes poco antes de que comenzase la misa presidida por el Papa en la plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba. En medio de la multitud, un hombre de mediana edad comenzó a gritar consignas contra el comunismo y la dictadura.
Rápidamente varias personas, probablemente agentes de paisano, lo rodearon y se lo llevaron a empujones. Uno de ellos, alto y de complexión fuerte, le propinó un puñetazo con la izquierda. A continuación, un hombre que pertenecía a los servicios médicos le dio una bofetada y le golpeó con una camilla. Las autoridades no informaron de la identidad del detenido ni de dónde ha sido recluido.
Los organizadores trataron de silenciar el suceso, que tuvo lugar muy cerca de donde se encontraba el presidente, Raúl Castro, ordenado a los miembros del coro rápidamente que volvieran a cantar. Aún así, se oyeron algunas voces de fieles que decían que Dios ama a todos los cubanos, también a los disidentes.
El detenido no era el único de los asistentes descontento con el régimen. Un hombre de mediana edad lamentaba que muchos de los que acudieron a ver al Papa lo habían hecho por presiones del Gobierno, que ha dado el día libre a los trabajadores para que sigan la visita del Pontífice. Este opositor aseguró que se habían producido detenciones en los días previos a la llegada de Benedicto XVI aunque las autoridades no lo reconocen. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional confirmó la represión del régimen, que ha impedido a alrededor de 200 personas la asistencia a las misas presididas por el Papa. Esta organización pidió al Gobierno que identifique al detenido en Santiago de Cuba y advirtió de que han sido detenidas entre 150 y 200 personas en los últimos días.
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