Artistas
Shakira está asesorada por dos ex ministros por Jesús MARIÑAS
Envuelta o casi semioculta en varias capas de tul dorado que le fue colocando –o más bien improvisando, las ponían sobre ella para ver el efecto– su estilista habitual, Chema Ramírez, bajo un top de Laura Bo, Shakira parece todavía más burbujeante en el anuncio de Freixenet. Nada es casual ni se improvisa: tras los caderazos de la estrella colombiana hay más que sensualidad y encanto. Sus «Waka waka» tiene solidaridad. De ahí que por primera vez en treinta años de spot burbujeante sea la única que destina, logra y consigue 500.000 euros para su Fundación «Pies descalzos». En ella está desde que la descubrió María Emma Mejía, la impactante rubia que fuera ministra colombiana de Educación y Exteriores y que dejó un gran recuerdo de su Embajada en Madrid. Asesores no le faltan a la rubia trepidante. Y no sólo por su novio Antonio de la Rúa, al que le viene de familia. Su abogado, al que conoció por Alejandro Sanz, es José María Michavila, que la tiene al día de todo su papeleo legal.
Problemas de agenda retrasaron el rodaje del videoclip y aún lo están montando. Más raudos fueron en tiempos Leopoldo Pomés, autor de casi todos los anuncios burbujeantes, y posteriormente Lluís Bassat. Por ellos pasó una retahíla histórica iniciada en 1977 con Liza Minnelli, ahora casi nueva tras la cirugía estética. Los más de treinta anuncios lo mismo están protagonizados por Montserrat Caballé, Plácido, Norma Duval, la cálida Gwyneth Paltrow o Kim Bassinger, que batió récord de charla mientras su colega Andie Macdowell supuso lo contrario. Banderas tuvo el encanto habitual y Maribel Verdú visitó las cavas que en Reims tienen los Ferrer-Henri Abelé. ¿Cómo olvidar el enfado de Anthony Quinn en la cita veneciana con Mar Flores por esperar su llegada diez minutos, desconsideración impropia de profesional rigurosa? Quinn ni le dirigió la palabra.
Gracias a Freixenet descubrimos el lado más próximo de las estrellas. Los Ferrer siempre ponían sobre la mesa los aspectos más interesantes del popular de turno. Gracias a ellos, adiós al runrún que calculaba romance de Shakira con el culé Piqué asegurando que por él había comprado casa en la quintaesenciada Bellaterra. Ni lo uno ni lo otro. Lo único que Shakira dejó claro es su magnífica dicción del catalán como lengua materna. «Cap problem» con el jugador, fue el resultado. Zanjó los supuestos desestabilizadores sentimentalmente mientras que la Rúa sonrió sin perder ripio de tal precisión. El spot sigue haciendo historia.
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