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Los pacientes de radioterapia deben evitar el sol hasta un año del tratamiento

Los oncólogos han recomendado hoy a los pacientes evitar el sol en las zonas que han recibido radioterapia hasta pasado un año de la finalización del tratamiento para evitar el "efecto rellamada", con el que la piel que había sido irradiada se vuelve a irritar bajo el contacto con los rayos solares.

La doctora María Teresa Murillo, coordinadora del grupo de trabajo de Cuidados Continuos de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), ha aconsejado seguir una serie de pautas que ayudan en la calidad de vida de los enfermos de cáncer.

La experta ha dicho que existen varias cuestiones imprescindibles a tener en cuenta en época estival, como prestar más atención y cuidado a las indicaciones generales dictadas por el médico, extremar el cuidado de la piel, la alimentación y la ingesta de bebidas. "Lo esencial es utilizar el sentido común y ante cualquier duda consultar con el equipo responsable", ha matizado.

Desde la Sociedad, se recomienda que durante el primer año desde la finalización del tratamiento el paciente proteja la piel con cremas solares de alta protección.

Aparte del efecto que la exposición solar provoca en relación a cuadros de irritación cutánea y fotoenvejecimiento, no hay que olvidar su efecto carcinogénico que se puede ver aumentado en personas que han recibido tratamiento radioterápico.

Otro de los motivos que justifican el uso de dicha protección es evitar el denominado "efecto rellamada", que consiste en que la piel que fue irradiada se irrite por la exposición solar como si estuviese recibiendo de nuevo radioterapia.

Un elemento a tener en cuenta es la alimentación, según la doctora, ya que en función de la zona que esté bajo tratamiento la dieta pude variar, pero en general es importante que sea "equilibrada, variada y que combine todo tipo de alimentos".

En todos los casos es fundamental mantener una hidratación adecuada, extremando estas medidas en pacientes de edad avanzada y/o que presenten diarrea, según la SEOR.

En ocasiones, ha recordado Murillo, tanto por el propio proceso de la enfermedad como por los efectos secundarios de los tratamientos administrados, los afectados sienten cierto grado de falta de apetito.

En estos casos, la experta ha animado a "dejar comer al paciente cuando tenga hambre y aprovechar los momentos del día en los que se sienta mejor".

También ha apostado por "pequeños remedios como hacer ejercicios suaves, las comidas templadas o frías y evitar los aromas fuertes"porque pueden ayudar a abrir el apetito de los pacientes.

En verano, estas personas deben realizar sus actividades de trabajo y ocio mientras no se cansen demasiado, evitando aquellas que puedan irritar la zona irradiada, ha concluido Murillo, quien ha insistido en descansar y en pasear durante media hora al día.