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Cruda realidad

Chocar de frente con la realidad ha sido un golpe muy duro para el Real Madrid.

La Razón
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Cuando la frustración de 15 años sin éxito y la ilusión de unas cuantas generaciones de seguidores se depositan en un grupo de jugadores que forman un equipo en proceso de consolidación, accidentes como el de la «Final Four» son esperables y forman parte de las posibilidades de presente-futuro del equipo.

Llegar al Sant Jordi ya fue un éxito. Ganar hubiera sido saltarse dos años de evolución, reducirlos y condensarlos en un fin de semana. Se hubieran abierto las puertas al reinado de este equipo durante los años siguientes, pero, como ocurre en las buenas historias, el final no siempre es feliz. Es duro afrontar partidos en los que la impotencia es tan palpable.

Ahora no es momento de sacrificar públicamente a medio equipo y abonarse a teorías catastrofistas. Desde la serenidad hay que comprobar si se han optimizado todos los recursos; hay que analizar si el Madrid es un equipo equilibrado; examinar si ha sido correcta la dirección; saber si había la suficiente motivación o ésta era excesiva y colapsó al equipo... Queda por decidir la ACB y la otra realidad es que el Madrid ha estado en la «Final Four» y los otros cuatro equipos españoles que participaban en la Euroliga no llegaron tan lejos.