Génova

Rajoy pone en marcha su plan de gobierno anticrisis Moncloa

Mariano Rajoy jugó ayer su primera mano con las cartas que recibió el 22-M. El poder territorial es poder para seguir ascendiendo a La Moncloa en tanto que es instrumento que le sirve de contrapeso frente a un Gobierno en horas bajas y en minoría en órganos tan decisivos como el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) o la Federación de Municipios y Provincias (FEMP).

Rajoy pone en marcha su plan de gobierno anticrisis Moncloa
Rajoy pone en marcha su plan de gobierno anticrisis Moncloalarazon

Así que por la mañana decidió convertir el cónclave de «barones» en un acto de solemnización de su promesa electoral de que el cambio y la recuperación económica arrancaría en las comunidades autónomas y ayuntamientos en los que gobernase el PP. Para ello pactó con sus «barones» las bases de su programa de gobierno y reclamó al Ejecutivo una reunión del CPFF y de la Conferencia de Presidentes para hablar de empleo y de educación. En un clima ya casi de nuevo preelectoral, el PP tiene que compatibilizar la gestión de un modelo autonómico y local que hace aguas por todas partes con su compromiso de que ni subirá los impuestos ni hará recortes en políticas sociales. Y para certificar ese equilibrio Rajoy utilizó la rueda de prensa que convocó en Génova, después de un almuerzo de trabajo con sus presidentes autonómicos y regionales. La última comparecencia había sido en diciembre del año pasado.

El plan de reformas es un recopilatorio del programa electoral del 22-M, pero reordenado alrededor de tres ejes: austeridad, transparencia y empleo. En materia de austeridad, los gobiernos autonómicos del PP se comprometen a asumir un techo de gasto no financiero en línea con el definido para los Presupuestos Generales del Estado; a simplificar el número de entes y organismos públicos; a limitar a 10 el número de consejerías; a reducir delegaciones territoriales de la comunidad en cada provincia; a disminuir el número de altos cargos, puestos de libre designación y personal eventual de las distintas administraciones; a redimensionar el sector público; y a aprobar un plan estratégico de racionalización del gasto corriente. La propuesta es genérica, salvo el recorte del número de consejerías, con la justificación de que luego cada Gobierno autonómico hará el ajuste en función de sus propias circunstancias.

El plan incluye también la creación de centrales de compras compartidas entre Administraciones –una medida que viene defendiendo desde hace mucho tiempo Luisa Fernanda Rudi–, así como la reducción de gastos de representación, la racionalización del uso de teléfonos móviles o un plan de ahorro energético. Y la reducción del parque móvil, «desarrollando el uso compartido». Rajoy terció en la polémica que ha acompañado la decisión de UPyD de que sus concejales renuncien en el Ayuntamiento de Madrid a todos los coches oficiales que les correspondían, una medida que ha servido para conocer que en el consistorio madrileño hasta ahora todos los concejales tenían derecho a coche oficial. Algo de lo que Rajoy se desmarcó ayer con contundencia, no tenía más margen si quería ser coherente con su objetivo de convertir la gestión del PP en bandera de ejemplaridad.
Además de la austeridad, ratificó su compromiso con la transparencia para justificar la auditoría de las herencias recibidas del PSOE.

Que también hará, si es necesario, en los gobiernos que ya administraba el PP. Y recordó su paquete de propuestas para estimular la economía con incentivos fiscales, agilización de trámites y apoyo a los emprendedores. La última pata de la coordinada estrategia autonómica y local que vendió a bombo y platillo es la reforma de la educación, con medidas que han sido ya ensayadas por ejemplo en Madrid: reconocimiento del profesor como autoridad, evaluaciones externas o pruebas de nivel al final de cada etapa educativa. Lo que ayer quedó claro es que Alfredo Pérez Rubalcaba pincha en hueso si cree que va a sacar a Mariano Rajoy de ese estado «zen» que exhibió en la campaña electoral. De momento su estrategia sigue igual y volvió a hacer gala de que está convencido de que su mejor ataque al adversario es ignorarle, aunque éste se lo ponga en bandeja para entrar al quite.

Citó una vez la palabra «dedazo», pero ni la hizo suya cuando se le volvió a preguntar al respecto. De la sucesión en el PSOE, sólo dijo que «podría decir muchas cosas, pero que la mejor aportación que puedo hacer es no decir nada». Salvo que el «Gobierno es el verdadero problema de España». «¿Cree usted que Rubalcaba debería dejar el Gobierno?». «Yo lo hice», zanjó. ¿Y de los «golpes» que por la mañana le había soltado el candidato socialista en una entrevista en la Cadena Ser? Ni por ésas hubo manera de que se desahogase. «Yo sólo hablo de cosas serias». Nuevo intento: «¿Teme el sprint final de Rubalcaba en la campaña de las elecciones generales?». «Si fuera Usain Bolt…» (el atleta plusmarquista de los 100 metros lisos).

Austeridad
1. Se fijará para las comunidades autónomas un techo de gasto y se impulsará la reforma del sector público autonómico, simplificándolo y dotándolo de mayor transparencia.
2. El número de consejerías se limitará a diez por autonomía y se verán reducidas las delegaciones territoriales.
3. Disminuir el número de altos cargos de libre designación y personal eventual.
4. Objetivo crucial es evitar duplicidades y solapamientos de competencias entre administraciones.
5. También es intención de los populares presentar un informe de redimensionamiento del sector público empresarial, más acorde con la realidad.

Impulso económico
1. Cada comunidad autónoma y corporación local aprobará un Plan Estratégico de Racionalización del Gasto Corriente.
2. Reducción de los gastos de representación y publicidad.
3. Reducción del parque móvil, desarrollando el uso compartido para evitar gastos superfluos. Racionalización del uso de teléfonos móviles.
4. Racionalización del uso de teléfonos móviles.
5. Creación de centrales de compras, incluso entre administraciones públicas de diferente ámbito, para conseguir mejores precios de suministro.
6. Acuerdos entre CC AA para contratación o prestación conjunta de determinados bienes y servicios.

Empleo
1. En sintonía con la meta de sobriedad, se prevé un exhaustivo control de las cuentas públicas, así como el desarrollo de un portal de la transparencia que dé acceso a los ciudadanos a toda la información.
2. Apoyo a la creación de empleo, con un plan de emprendedores con medidas de estímulo fiscal.
3. Compromiso de no subir impuestos, así como agilizar los trámites de creación empresarial y potenciar la mejora de la financiación a emprendedores.
4. Revisión de la normativa que suponga un obstáculo para la unidad de mercado.
5. Plan especial de lucha contra la morosidad y de disposición de fondos.

Educación
1. El PP quiere el reconocimiento del profesor como autoridad pública en el ejercicio de sus funciones docentes, así como que se implanten evaluaciones externas y pruebas de nivel para evaluar tanto al alumno como la eficacia del modelo.
2. lmpulso a la creación de centros bilingües o trilingües donde exista lengua cooficial.
3. Calendario unitario de pruebas de acceso a la universidad.
4. Estrategia de coordinación universitaria que potencie la cooperación académica y la racionalización eficiente de recursos en investigación e innovación.
5. Criterio de renta per cápita familiar a los baremos de las ayudas públicas.

Lealtad institucional
1. El PP convocará el Consejo de Política Fiscal y Financiera para proponer medidas que permitan alcanzar la estabilidad presupuestaria.
2. Convocatoria urgente de la Comisión Nacional de Administración Local y de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
3. Convocatoria urgente de la Conferencia de Presidentes para abordar las reformas económicas, educativas y la garantía de los servicios públicos.

Cospedal mantiene la secretaría general
«Convocaré una rueda de prensa siempre que tenga algo importante que decir». Mariano Rajoy zanjó así, con un punto de sorna gallega, el debate sobre las veces que responde a las preguntas de los periodistas. En clave interna, confirmó que no tiene tomada la decisión última sobre el Congreso Nacional del PP, pero también ratificó que, como ya adelantó este diario, su intención es mantener a María Dolores de Cospedal en la secretaría general, cargo que compatibilizará con la presidencia de Castilla-La Mancha al menos hasta las próximas elecciones generales. Enigmático como siempre en todo lo que afecta a su posible futuro equipo de gobierno, sí dejó una novedosa clave al respecto. Con él se llevará a los mejores, y no es descartable que entre ellos pueda haber algún presidente autonómico.