«Berzosazo»

Pero lejos de las urnas, otros llevaron la guerra psicológica a las facultades. La jornada de refl exión no fue respetada y un grupo de radicales hicieron campaña en contra de Iturmendi con insultos y descalifi caciones hacia su persona en forma de pancartas y panfl etos. La comunidad universitaria prefi rió seguir con lo viejo conocido.

Carrillo, que fue vicerrector en los primeros cuatro años de Berzosa, supone la continuación de su mandato sectario, el pupilo y el cómplice de la situación que vive. El segundo candidato «ofi cialista» será el sucesor de la mala gestión que ha endeudado a la institución y que se fraguó en su propio mandato. Lo único que hizo bien Carrillo fue retirarse a tiempo y desvincularse de un rector que no le entregaría el Rectorado.

Sus legislaturas han politizado la universidad para alimentar sus intereses personales. Éste es el caso del acto de apoyo de CC OO al juez Baltasar Garzón que autorizaron y en el que participaron el rector y su equipo. En contraposición se encuentra la cancelación sin motivo de una conferencia en la que iba a intervenir el embajador de Israel, o los gritos que se permitieron durante un acto de Rosa Díez en la Complutense. Estos son algunos ejemplos de lo que signifi ca la continuidad representada por Carrillo.