Barcelona

Clase magistral de Prigioni camino de las semifinales (72-65)

El base, que hizo de todo, lidera al Caja Laboral. Undécima semifinal consecutiva de los vitorianos cuarto mató al Lagun Aro

Clase magistral de Prigioni camino de las semifinales (72-65)
Clase magistral de Prigioni camino de las semifinales (72-65)larazon

En los terrenos pantanosos de la Copa del Rey hay pocos equipos que sepan moverse con la fluidez del Baskonia. El Lagun Aro pagó la novatada después de justificar su presencia en el Sant Jordi durante los veinte primeros minutos. Con diez puntos de ventaja (28-38), los guipuzcoanos se fueron a descansar. El parón lo prolongaron una eternidad. Antes del final del tercer cuarto no sólo habían perdido toda la ventaja acumulada. Las diferencias a favor se habían convertido en diez puntos de desventaja (51-41, min 28). Demasiadas concesiones para un rival que acumula, con la de mañana, once presencias consecutivas en las semifinales del torneo.
El Caja Laboral siempre arranca la Copa en ventaja. Al menos en la grada. Los baskonistas son la afición más viajera año tras año. Da igual Málaga, Bilbao, Madrid o Barcelona. En el Sant Jordi, con permiso de los anfitriones, fueron mayoría. Más de 2.000 aficionados se encargaron de calentar el arranque de la competición. El primero en activarse fue Teletovic. En la grada había una pancarta que le calificaba como el «Rey de Bosnia». En apenas seis minutos ya había anotado 9 puntos y el Caja Laboral mandaba (12-8), aunque fue por poco tiempo.
En el Lagun Aro el papel protagonista quedó reservado para Baron. El estadounidense es un tirador de rachas y en el segundo cuarto tuvo una de las buenas. Su mecánica de tiro es excelente y cuando añade el acierto se convierte en un jugador de los que da gusto ver. Anotó desde cualquier posición y con el defensor la mayoría de las veces colgado de su brazo derecho. Cuando Dusko Ivanovic trató de encontrar soluciones, Jimmy llevaba 12 puntos y su equipo había cogido carrerilla (26-32). En el Lagun Aro no hacía falta que tres de sus pilares, Salgado, Vidal y Panko, no aparecieran. Baron, con la ayuda del brasileño Neto –ambos procedentes del banquillo– se bastaba para desarmar al Caja Laboral. Tapado Teletovic y olvidada la pancarta, Oleson se quedó solo y los guipuzcoanos se lo empezaron a creer al descanso.
En el Caja Laboral hay muchos jugadores que han hecho la «mili» disputando la Copa del Rey. Prigioni es el que más galones tiene con diferencia. El base argentino tomó el mando del partido en el tercer cuarto y ya no lo soltó. Todo lo que hizo hasta el final lo hizo bien. Fue una exhibición de cómo dirigir un equipo aportando en todos los terrenos posibles: los que figuran en la estadística y los que no. A los puntos, rebotes, asistencias y robos añadió una autoridad que convirtió a sus defensores en figuras decorativas. Para empezar la remontada decidió «alimentar» a Milko Bjelica. Le encontró siempre que quiso. Fue poco menos como si Scola se hubiera reencarnado en el balcánico, que acabó con 22 puntos. El parcial en cinco minutos fue de 13-3 (41-41). No se quedó ahí. Prigioni terminó de poner el partido patas arriba. Además de dirigir, anotó 9 puntos en plena escapada baskonista. Las siete pérdidas del Lagun Aro en este periodo, una más que en toda la primera parte, hicieron el resto. El parcial se prolongó hasta un escandaloso 23-3 (51-41, min 28). Los donostiarras fueron incapaces de anotar de dos en todo el cuarto. Sobrevivieron con tres triples y dos tiros libres. Los intentos de Sergi Vidal y Panko para que el partido resucitara en el tramo final fueron en balde (59-58, min 35). Prigioni siguió controlándolo todo como si tuviera los mandos de la «Play» en sus manos. El base argentino terminó con unos números de escándalo: 15 puntos, 8 rebotes, 6 asistencias, 4 robos y 30 de valoración. Pablo Prigioni estuvo en su salsa.