Caso Faisán
Los nueve folios
Los nueve folios secretos del sumario del «Faisán» deben contener cosas muy gordas para que un juez valiente y profesional como Pablo Ruz los tenga a buen recaudo para evitar que esta cuestión pase a ser tema central de la próxima campaña electoral. El problema es que, públicos o no, esos nueve folios confidenciales ya son objeto de todo tipo de especulaciones a la vista de la versión que los cabecillas de ETA han dado sobre las reuniones que mantuvieron con el Gobierno durante la pasada tregua. Nada nuevo en lo que se refiere al «chivatazo» a los terroristas para que no fueran capturados por la Policía, aunque repugna tanta justificación ante semejante cuadrilla de asesinos.
Lo peor es cuando se intuye que a fiscales serios y profesionalmente impecables como Fungairiño y Godillo, de los mejores que hemos tenido en la lucha contra la banda, se los pudo remover de sus cargos para contentar a la organización armada. Los que entonces decidían seguramente pensaban que el fin justifica los medios. O sea, que si se llegaba a un acuerdo negociado con ETA nadie se acordaría después de lo que hubo que hacer para lograrlo.
No calcularon quizás que podía no haber arreglo y entonces acabaría saliendo a la luz toda esta sucesión de despropósitos que abochornan y avergüenzan. Algo a lo que el ministerio del señor Rubalcaba debería dar una explicación.
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