Casas reales
Parejas para armarla: Una historia real con música y letra
En 1868 España se vio inmersa en un proceso revolucionario de los que no han faltado, por desgracia, en su Historia. Tras el derrocamiento de Isabel II vino la proclamación de una monarquía que encarnó Amadeo de Saboya y una desastrosa primera república, todo ello en apenas seis años.
Fue suficiente para que los españoles desearan el regreso de los Borbones en la persona del hijo de la destronada Isabel: Alfonso. El nuevo sistema –una monarquía parlamentaria que pretendía remedar a la británica– necesitaba una estabilidad dinástica que su principal creador, Antonio Cánovas, pretendió conseguir mediante el matrimonio de Alfonso XII con Beatriz, la hija menor de Victoria I de Inglaterra.
La tesis de Canovas chocó, sin embargo, con los planes de Montpensier. Aristócrata siniestro, había ambicionado la corona tras la caída de Isabel II y si no la consiguió se debió fundamentalmente a haber participado en un duelo. A pesar de todo, su implicación en el asesinato del general Prim privó a Amadeo de Saboya de un importante valedor e imposibilitó su monarquía. De nuevo, se veía cerca del trono. Montpensier creía –o deseaba creer– que si su hija se casaba con Alfonso, éste, siendo menor –contaba tan sólo quince años–, le entregaría a él la regencia, lo que lo convertiría en rey de facto. Paralograr que avanzara la conspiración, Montpensier invitó a Isabel II y a Alfonso a pasar unos días en su compañía en diciembre de 1872 , quedando el joven prendado de su prima. En el verano de 1873 se volvieron a encontrar los dos en París en el Bois de Boulogne. En 1875 –con 17 años– Alfonso XII entró como rey en Madrid. Era urgente buscarle una esposa que garantizara la continuidad de la dinastía y él mismo, en 1877, señaló que deseaba casarse con María de las Mercedes. El matrimonio tuvo lugar el 23 de enero de 1878, fecha del cumpleaños del rey.
La boda entre Alfonso XII y María de las Mercedes provocó un entusiasmo inmenso entre el pueblo, que veía a un rey que se casaba por amor «como los pobres». Ciertamente, María de las Mercedes amaba a su primo y Alfonso XII le correspondía, aunque no por ello le fue fiel. En esa época ya comenzaron los amoríos con la que sería el gran amor de su vida, la cantante de ópera Elena Sanz Martínez de Arrizala. María de las Mercedes vivió poco aquella dicha. Una enfermedad –que De la Cierva ha identificado con el tifus provocado por las aguas fecales que contaminaban el suministro del palacio– acabó con su vida. De aquella historia de amor quedaría un recuerdo romántico y unas coplas infantiles que preguntaban al monarca transido de dolor por el fallecimiento: «¿Dónde vas Alfonso XII, dónde vas triste de ti?» y que replicaban: «Voy en busca de Mercedes que ayer tarde no la vi».
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