OPINIÓN: Carta a un amigo culé

Sería hipócrita por mi parte decirte que me alegro de las victorias del Barça y que sufro con sus derrotas, como españolista estoy más acostumbrado a éstas últimas que tú.
No obstante, eres uno de mis muchos amigos y algunos familiares que padecisteis vuestra particular «semana trágica» pese a la goleada de este domingo al Rayo Vallecano y como amigo me sabe peor el desencanto de alguien a quien quiero y aprecio que de alguien de la «city» de Londres.
Podéis estar legítimamente orgullosos de lo que ha hecho el Barça durante todos estos últimos años. Yo también habría aplaudido al equipo a pesar del resultado, y creo que en eso habéis aprendido y cambiado.
El fútbol es un juego pero también una pasión y cuando se combinan juegos y pasiones aparece el riesgo. No sé si vosotros teníais muy asumido el riesgo de la derrota, no sé si os habíais creído demasiado lo de la excelencia, pero lo cierto es que habéis sido víctima en las grandes competiciones de un juego menos bonito que el vuestro, pero, sin duda, más efectivo.
Por eso el apoyo no debe estar exento de la autocrítica. El fútbol puede ser arte, pero ni la pintura ni la literatura dependen de los goles marcados. Aquí al arte se le exige que venga acompañado un resultado efectivo frente a rivales que aún siendo menos exquisitos son más directos.
Mi apoyo y solidaridad en este momento de difícil digestión. Recuerdo que cuando el Español perdió las dos finales de la UEFA por penaltis yo me hice más perico.
Hay vida más allá de Guardiola.