Algeciras

Por todos por Alfonso Merlos

La Razón
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La necesidad y la oportunidad. La una y la otra explican el acierto de la visita del Rey. Ha estado cuando tenía que estar donde tenía que estar. La conveniencia de tiempo y de lugar. Las cosas bien hechas porque en la defensa de los intereses y los derechos de sus ciudadanos una nación siempre se la está jugando.Y ése es el caso de España en Gibraltar y en el Estrecho. Haciéndose visible en Algeciras, el Jefe del Estado lanza un mensaje sólido y directo de impulso y apoyo a quienes, vistiendo el viejo y noble uniforme de la Guardia Civil, se entregan al combate de la inmigración ilegal, el narcotráfico y el crimen organizado. Pero además llena de aliento y de esperanza a esos abnegados y heroicos compatriotas, más de un millar sumando sus familias, que se ganan el pan saliendo a faenar a unas aguas en las que, legal y legítimamente, pueden y deben seguir haciéndolo.

La Ley, nada más que la Ley, pero toda la Ley. Ése es el espíritu que guía la diplomacia juancarlista y de ahí debe salir nuestra fortaleza para preservar lo que nos pertenece y recuperar lo que un día nos fue arrebatado. Sin reservas, sin tregua y sin complejos. Y a través de gestos simbólicos cuando proceda. No de provocaciones, ni de agresiones, ni de acciones de perfil macarra, que ésas ya las patrimonializan los llanitos.

Así se entiende una visita que se hace por los agentes de la Benemérita y los marineros; y por todos los que creemos que formamos parte de una gran nación cuya salvaguarda se encomienda a las más altas instituciones del Reino y debe tener el acompañamiento hasta del último español de infantería.