Sevilla
Miles de estafados tras comprar bonos falsos para adquirir comida
El fraude puede alcanzar los 40.000 euros y afecta a los barrios más deprimidos
Sevilla- «¡Queremos nuestro dinero o la comida!», gritaba ayer un grupo de casi cien vecinos de la barriada El Rocío, en el distrito Macarena, que supuestamente han sido víctimas de una estafa en la que se ofrecía un lote de alimentos de primera necesidad por tan sólo diez euros. Todos buscaban a Luis «El colombiano», un vecino de la zona que hace un mes y medio les ofreció la oportunidad de adquirir estos productos por esa cantidad y que en la actualidad se encuentra en paradero desconocido.
Según mantienen algunos de los afectados, a mediados del verano comenzó a correr el rumor por la barriada de que este hombre vendía unos bonos que el 22 de septiembre se canjearían por el lote. Una operación que se pensaba repetir cada mes y medio. Para acceder a este servicio, sólo había que abonar esta cantidad y se podían adquirir todos los bonos que uno quisiera. Sin embargo, ayer a las diez y media de la mañana «El colombiano» no se presentó a su cita, pues se había fugado tras estafar a miles de sevillanos de la Macarena, Pino Montano, San Jerónimo y el Polígono de San Pablo. Aunque no hay cifras concretas aún de la estafa, según señalaron varias de las personas que fueron a recoger la comida puede que el fraude alcance los 40.000 euros. Este engaño no se realizó en solitario, sino que contó con la ayuda de varios «voluntarios» que se encargaron de vender los bonos y de hacer correr la oferta. Vanessa Centeno es una más de los que se quedaron con el carrito de la compra vacío y pedía explicaciones a una vecina que recogió el dinero. «Nos dijeron que había un hombre en el barrio que iba a traer comida desde Madrid y que comprando los bonos nos darían un lote de alimentos», comenta mientras enumera algunos de los más de veinte productos que se ofrecían: «Cola Cao, leche, garbanzos, sal, azúcar, leche entera... En definitiva, todo lo que hace falta en una casa», asegura, para recordar luego que, aunque accedió a darle el dinero, desde el principio tuvo sus dudas sobre la buena voluntad de esta iniciativa. Pese a ello, confió porque «en el barrio todos sabían que había estado colaborando con una ONG dando comida y como en la televisión cuentan que las empresas ayudan, pues al final nos lo terminamos creyendo».
De «El colombiano» no había ni rastro en El Rocío, pero todos sabían dónde vivía la mujer que pudo colaborar en la estafa y sobre ella recayó toda la ira de los vecinos. Un enfado de grandes dimensiones, que obligó a la Policía Nacional a enviar a varios agentes para evitar que la linchasen. «Si la llegan a coger se entera», pues «todos pensamos que debía estar al tanto de lo que estaba pasando porque nos comentó hace unos días que ella le había propuesto traer pollos y que al final se decidieron por huevos debido a que carecían de cámaras refrigeradoras». Sin embargo, entiende que «a lo mejor también es una víctima como nosotros, pero ella es la que ha dado la cara y la que se ha quedado con el dinero», recapacita. A grandes rasgos, esta «voluntaria» habría logrado más de 8.000 euros, ya que los boletos que había vendido excedían los ochocientos. Un dinero que ya no tiene, pues «dice que entregó al cabecilla más de 5.000 euros». «Dice que si quiere nos entrega los diez euros del 800 para adelante. Pero los que compramos antes qué», se pregunta esta vecina, que asevera que hasta la noche del viernes había gente comprando las papeletas, que cuentan con una numeración y el DNI de los titulares. Tan sólo había que dar diez euros y aportar un justificante de vivir en la barriada. Ni siquiera un documento que acreditase estar en paro. Los afectados han interpuesto una denuncia colectiva y la Policía investiga el caso.
Junto con el principal implicado en los hechos y la «voluntaria» también está en el punto de mira un frutero de la zona, que le cedió un espacio en la puerta de su tienda para que realizara la venta de bonos pero que dice ser también «una víctima de la trama». «Se ha esfumado, nadie sabe dónde está aunque algunos aseguran que se ha ido a su país», mantiene Vanessa, que dice ser una de las pocas que habló con él. «De los que estamos aquí casi nadie pudo entablar una conversación con él, pero yo sí, y le pregunté si era verdad que traería la comida. A lo que me respondió que no habría problemas». Ahora, «o vuelve con el dinero robado o como aparezca lo matan».
✕
Accede a tu cuenta para comentar