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El Congreso respalda el plan de ajuste con el apoyo de CiU
Madrid- Primer pleno de la Legislatura, primeros recortes del PP y primera votación en el Congreso de los Diputados con una mayoría absoluta tan holgada que no hay margen para el sobresalto ni la sorpresa. Aun así, el Gobierno de Rajoy quería para su estreno legislativo el apoyo de CiU, y lo tuvo. La Cámara convalidó por 197 votos a favor, 130 en contra y 4 abstenciones el decreto ley de medidas urgentes con las que el Ejecutivo prevé reducir con «carácter inmediato» el desequilibrio presupuestario de España en más de un punto porcentual del PIB, ante un déficit público que se situará en el 8% en 2011, 20.000 millones de euros por encima de lo previsto. Un texto que no se tramitará como proyecto de ley y que contempla, entre otras medidas, el alza del IRPF y del IBI durante dos años, un incremento del 19 al 21% del impuesto sobre las rentas de capital, una prórroga del IVA superreducido al 4% en la construcción y recupera la deducción por la compra de la residencia habitual.
El debate que precedió a la votación no fue de altos vuelos ni se libró entre primeros espadas. Ni el presidente del Gobierno subió a la tribuna a explicar sus primeras medidas ni la oposición tiene líder ni equipo económico con el que contrarrestar la acción del Ejecutivo. Así que el duelo lo libraron, con escaso entusiasmo, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro y el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso. La única incógnita de la mañana era la posición de los nacionalistas catalanes, porque el resto de grupos ya había anunciado de antemano su oposición a los recortes. Y cuando, en ausencia de su jefe de filas, Josep Antoni Duran Lleida, subió a la tribuna su segundo, Josep Sánchez Llibre, se desveló la sorpresa: CiU votaría con el Gobierno. «Por coherencia, responsabilidad y valentía política y para frenar el ataque de los mercados», afirmó el catalán.
El resto de grupos, desde el PSOE hasta el Mixto, criticó con dureza el decreto al considerar que plantea recortes «injustos» e «ineficaces» y, además, «contradictorios» con las medidas que Rajoy presentó durante el Debate de Investidura de hace tan sólo tres semanas. Hablaban, claro, de lo dicho y de lo finalmente hecho con la subida de impuestos.
Pero el ministro de Hacienda se desgañitó en explicar que el recorte de 15.189 millones de euros, se ha hecho de la forma «más neutral y ponderada posible» para «no perjudicar el crecimiento de la economía», que arranca 2012 «al borde de la recesión y con cinco millones largos de parados». La subida tributaria, dijo una y otra vez, «será excepcional y temporal». A partir de ahí todo fueron acusaciones contra el anterior Ejecutivo por ocultar la desviación del déficit en más de 20.000 millones de euros por encima de lo previsto. Montoro no sólo no se arredró en su invectiva, sino que acusó a Zapatero de haber «mentido a los españoles». Así fue como defendió con vehemencia la fuerte subida de impuestos, que llegó a calificar de obligación ineludible a la vista del desfase presupuestario que existe: «La economía está parada, estamos a las puertas de una recesión y las cuentas están desequilibradas como consecuencia, entre otras cosas, de las pésimas decisiones adoptadas por el anterior Gobierno». Dijo que, pese a todo, «el ajuste lo hemos hecho de manera ponderada y equilibrada en términos económicos y sociales para que no recaiga sobre los más débiles» y que el Ejecutivo del PP «rebajará la carga fiscal de los contribuyentes en cuanto el crecimiento económico se ponga en marcha». Aún haría una llamada a las fuerzas políticas para que dejen de lado las «ideologías y ayuden a salir de la crisis».
El socialista José Antonio Alonso respondió con dureza, pero escasa credibilidad, al ministro cuando devolvió las acusaciones de engaño que éste había lanzado contra el Gobierno de Zapatero. «La verdadera mentira –espetó– ha sido la de este Ejecutivo, que prometió insistentemente en campaña electoral que no subiría impuestos y es lo primero que ha hecho».
Su versión pasó por que el PP sabía de sobra el estado de las cuentas, entre otros motivos porque el desvío del déficit procedía sobre todo de las autonomías que gobierna desde mayo. El cara a cara llegó a ser cansino. Además de Alonso, otros portavoces afearon que el presidente del Gobierno «se esconda y no se atreva a dar la cara» con el primer paquete de ajustes y recortes de la Legislatura.
El apoyo catalán, pese al IRPF
Aunque subrayó que no comparte la subida del IRPF, el portavoz adjunto de CiU, Josep Sánchez Llibre, justificó en la delicada situación económica el «sí» que su grupo parlamentario dio ayer a las medidas de ajuste del Gobierno, pero insistió en que el aumento del IRPF durante dos años «no tiene sentido» cuando algunas comunidades ya han aumentado las tasas. No obstante, dijo que el Gobierno catalán aplicará este incremento, que en su opinión penaliza a todas las rentas del trabajo.
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