Feria de Málaga
El Fandi contó con el beneplácito del público
Se mosqueó el público que llenó la plaza cuando le zurraron de lo lindo en el caballo al toro que abría función. Un animal terciadito y cómodo, con el que la cuadrilla de Ponce dio pena.
El panorama cambió en el último tercio. El toro aguantó y embistió con nobleza y buen son, ayudado, claro, por las portentosas manos de un Ponce que nunca le violentó ni forzó, llevándole con suavidad y mimo. Apuró a su oponente. Con el mansísimo cuarto volvió a dejar patente su inmensa capacidad.
Volcados con Fandi
La gente estuvo volcada con El Fandi desde que se abrió de capa. Se hizo ovacionar ya al recibir con dos largas y entusiasmó en el segundo tercio con su habitual demostración de poderío físico, muchísimo más valorado que la calidad técnica de sus pares, siendo después jaleado en un trasteo insustancial en el que tampoco el toro aportó nada. En parecidos términos estuvo con el mucho más claro y bravo quinto, premiado con la vuelta al ruedo: banderillas atléticas y por fuera y mucha fiesta a unos tendidos incondicionales.
Veroniqueó con gusto y apreturas Manzanares a su primero, un astado al que no se picó y con el que el alicantino estuvo valentísimo y vibrante, abriendo su quehacer con unos inverosímiles y ajustadísimos pases cambiados por la espalda, que dieron paso a una sucesión de muletazos muy templados y largos con la derecha y más sucios y tropezados al natural, aguantando las dudas y parones de un astado a la contra y perdiendo la oreja al empeñarse otra vez en matar recibiendo.
También estuvo firme y templado con el sexto, un toro que no se empleó y embistió a oleadas y protestó en una muleta que le pudo siempre. Alicante. 3ª de feria. Se lidiaron toros de Domingo Hernández, cuatro de Garcigrande y El Capea (3º), el 5º, vuelta, desiguales pero bien presentados. Ponce, ovación en ambos, El Fandi, oreja y dos orejas; y Manzanares, ovación tras aviso en ambos. Lleno.
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