Miami

Batalla final por los indecisos

Obama y Romney se lanzan a conquistar in extremis los votos de los «swing states». El empate es tal que ambos preparan a sus abogados por si no hay un claro ganador 

Obama volvió ayer a visitar Ohio en la recta final de la campaña
Obama volvió ayer a visitar Ohio en la recta final de la campañalarazon

NUEVA YORK- A juzgar por sus agendas de este fin de semana el presidente, Barack Obama, y el candidato conservador, Mitt Romney, han decido intentar darse caza el uno al otro. Hasta cuatro estados visitó ayer Obama en busca de los últimos votos decisivos y casi se encuentra en uno de ellos con el mismísimo Romney: tan sólo dos horas evitaron el peculiar encuentro entre los rivales en Iowa. El maratón de los candidatos, sobre todo en el Medio Oeste, tiene como objetivo intentar desempatar la carrera presidencial más igualada desde 1976. Pese a que faltan tres días para la decisiva cita con las urnass, Obama y Romney se enfrentan aún a los desafíos del principio de campaña. Al demócrata le pasa factura la lenta recuperación económica, a pesar de haber recaudado 567 millones de dólares para su campaña, según la Comisión Federal de Estados Unidos. El republicano, por su parte, no termina de convencer a los más conservadores de su partido, ni tampoco conecta con el votante medio republicano. De poco han servido los 361 millones de dólares que ha acumulado su equipo para su candidatura, según datos de la Comisión Electoral Federal de Estados Unidos.

Las campañas de este año han superado nuevos récords, según las cifras de la organización el Centro Open Secrets. El partido de Barack Obama se ha gastado más de 930 millones de dólares. Y todavía le quedan 93 millones de dinero en efectivo. Mientras, el Partido Republicano ha utilizado más de mil millones de dólares. Y todavía dispone de 52 millones. Con las encuestas tan ajustadas, según la última de Reuters-Ipsos un 47 por ciento votará por el presidente y un 46 por Romney, los candidatos saben que cada gesto y palabra cuenta más que en cualquier otro momento de la carrera. De esta forma, Obama utilizó estos días la última munición del miedo que le queda contra Romney. Ha pedido «venganza en las urnas» en Ohio contra el candidato por querer terminar con la industria del automóvil. A Romney le ha faltado tiempo para reaccionar. Ayer se preguntó en un acto electoral. «¿Votar por venganza? Hay que votar por amor al país», atacó el republicano.

Según la campaña de Obama, el conservador sacó de contexto estas palabras. Pero, después de meses de anuncios de campaña negativos y ataques, poco importa a ninguno de los dos políticos la autenticidad de los comentarios del otro. Ambos políticos luchan a brazo partido para convencer a sus votantes de que tienen que acudir a las urnas el próximo martes. Saben que en una carrera tan reñida la participación electoral, que en un principio podría beneficiar a los demócratas, es clave para ganar la presidencia de Estados Unidos. Según los analistas, Romney podría ganar el voto popular. En cambio, la duda se mantiene ante el voto electoral. Con las costas este y oeste a favor de Obama y el centro con Romney, todo depende sobre todo de Ohio, Wisconsin, Iowa, Virginia, Florida y Colorado. Mientras, Nevada, Nuevo México, Minnesota, Michigan, Pensilvania y Maine parecen decantarse por el demócrata. En cambio, Carolina del Norte y Arizona darán su voto a Romney. Por si acaso ni siquiera las urnas pueden resolver este empate, ambas campañas han preparado un ejército de abogados en caso de que se repita el escenario de 2000 en Florida. Entonces, fue el Tribunal Supremo de este estado el que tuvo que decidir el nombre del presidente. En aquel año, fue George W. Bush, quien se hizo con la presidencia. Pero fue el candidato demócrata, el vicepresidente de Bill Clinton, quien se llevó el voto popular. Y la pugna terminó en este Alto Tribunal. De esta forma, Obama y Romney sólo piensan en conseguir los 270 votos electorales para ganar la presidencia. El demócrata podría tener 243 si sumamos los estados asegurados y los que tienden a su favor. Mientras, Romney se quedaría con 206. En Wisconsin, Obama va por delante. Pero su ventaja no es suficiente. En Ohio ocurre lo mismo. Y respecto al fundamental estado de Florida, una última encuesta del periódico «El Nuevo Herald» de Miami indica que el republicano va seis puntos por delante en Florida.