Los «camisetas verdes» la lían

MADRID- El conflicto de Educación marcó las escasas incidencias que se produjeron durante la jornada electoral de ayer en la región. La Junta Electoral de Madrid prohibió a primera hora de la mañana que los miembros de las mesas electorales, interventores y apoderados llevaran la típica camiseta verde que critica las medidas adoptadas por el Gobierno regional en materia educativa, dada la connotación política de la prenda. Y es que una apoderada de un colegio de Arganzuela, otro de Moratalaz, un vocal de Carabanchel y un interventor en San Blas aparecieron ayer con la camiseta verde. La Policía tuvo que dar indicaciones a los presidentes de las mesas para instarles a que se las quitaran. «Si son apoderados o interventores, son de un partido, por lo que si lucen una "camiseta verde"pueden inducir al voto de un partido o a votar contra otro», explicó ayer la delegada del Gobierno, Dolores Carrión.

No obstante, muchos votantes sí acudieron a ejercer su derecho al voto con la prenda. A pesar de las claras instrucciones de la Junta Electoral, IU recurrió ayer la medida al entender que la prenda «no tenía connotaciones políticas».

Otra de las anécdotas de la jornada, que afortunadamente quedó en tal, fue el desalojo a mediodía, durante aproximadamente una hora, del colegio Sagrados Corazones de la calle Martín de los Heros por un falso aviso de bomba. Tras la comprobación pertinente de los agentes de la Policía Científica y los Tedax, el colegió electoral reanudó su actividad. Otro colegio de Chamberí, el María Inmaculada, también tuvo que paralizar el proceso durante 20 minutos ya que las papeletas de la formación «Escaños en Blanco» se agotaron. Otra anécdota la protagonizaron seis personas vestidas de payaso que acudieron a votar al colegio Virgen de la Paloma de Centro. La Policía, lógicamente, tuvo que pedirles que se identificaran. Con respecto a «gamberradas», además de pintadas en algunos centros, un colegio de Bustarviejo amaneció ayer con un clavo en la cerradura para boicotear la jornada electoral. Pero la anécdota más triste de la jornada electoral la protagonizó un hombre de 95 años quien, tras depositar su voto en un colegio de Hortaleza, falleció de forma repentina y el Samur no pudo hacer nada por salvarle.

Carrión recordó ayer que 10.000 efectivos, entre policías nacionales, guardias civiles y agentes municipales velaron por la normalidad de la jornada en las 6.528 mesas electorales de la región.