Ministerio de Sanidad

Sanidad aprueba en un año la financiación de 975 fármacos

La salida del sistema de 426 medicamentos permite incluir nuevas terapias contra la hepatitis C, el ictus o el cáncer. Tratamientos que cuestan 3.000 euros son ahora gratis para el paciente

Sanidad aprueba en un año la financiación de 975 fármacos
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MADRID- A nadie se le escapa ya a estas alturas que el más que complicado momento por el que atraviesa la economía española hace que apretarse el cinturón sea algo imprescindible. De ahí que ni Educación, ni Sanidad, ni prácticamente ninguna partida de los presupuestos se haya librado de la tijera, si bien los recortes se han centrado, al menos en el ámbito sanitario, en tratar de optimizar los recursos y mantener la atención a los más necesitados. En esta línea se enmarca el llamado «medicamentazo» impulsado por el Ministerio de Sanidad, por el que se dejarán de financiar 426 fármacos para dolencias menores. La contrapartida es que la salida del Nomenclátor de estos medicamentos baratos permitirá seguir incorporando terapias pioneras y mucho más caras, indicadas en su mayoría para enfermedades graves como el cáncer o la hepatitis.

Evidentemente, no tiene la misma trascendencia para el paciente ni para el sistema sacar de la financiación pública un tratamiento para el resfriado o la migraña que uno para el sida o el alzhéimer, por lo que Sanidad ha optado por priorizar la atención a las dolencias más graves.

De hecho, sólo en lo que va de año, 975 fármacos han pasado a ser financiados por la Sanidad pública, según ha podido saber LA RAZÓN. De ellos, el 90 por ciento –en concreto, 883– son de receta ambulatoria, de los que 722 son genéricos; mientras que los 92 restantes son de uso hospitalario.
 
Aunque en la inmensa mayoría de los casos se trata de medicinas comunes, entre ellos hay varias innovaciones significativas y de vital importancia para los que padecen determinadas dolencias. Además de novedosos, son fármacos de un alto coste económico, pero que es asumido por el Sistema Nacional de Salud.

En España existen actualmente más de 20.000 medicamentos autorizados para su distribución, de los que casi 15.000 están financiados en mayor o menor medida. De estos, más de 6.000 son de aportación reducida, por lo que a pesar de ser muy costosos en muchos casos, el paciente –normalmente enfermos crónicos o de cáncer– sólo debe pagar el 10 por ciento de su precio hasta un máximo de 4,13 euros.

Así, entre los medicamentos más innovadores que se han incorporado este año a la financiación pública destacan, entre otros, Boceprevir y Telaprevir, indicados para el tratamiento de la hepatitis C. Se trata de un nuevo tipo de antivirales que mejoran sustancialmente las posibilidades de curación y que hacen soñar con la erradicación de la enfermedad a largo plazo, si bien tienen el inconveniente se su elevado coste. Aunque el precio del envase es de 3.024 euros, se dispensa en las farmacias de hospital, por lo que el paciente no tiene que pagar nada.

Otro de los fármacos que ha entrado en el sistema es el Rivaroxaban, tremendamente efectivo a la hora de prevenir el ictus asociado a la fibrilación auricular. A pesar de costar 63,54 euros, se trata de un fármaco de aportación reducida, por lo que el usuario paga sólo 4,13 euros. Además, se ha empezado a financiar un inhibidor de la esterasa C para el tratamiento del angiodema hereditario, una enfermedad que puede llegar a ser letal en muchos casos. Si no estuviese financiado por la Sanidad Pública supondría un desembolso para el enfermo de entre 640 y 1.316 euros, en función del tamaño del envase. Asimismo, y según adelantó este diario el pasado 28 de junio, el departamento que dirige Ana Mato tiene ya en estudio la inclusión en la financiación pública de una nueva generación de fármacos en la lucha contra el cáncer y que estarán disponibles próximamente.

Además de estos fármacos, el sistema financia numerosos fármacos de precios muy elevados, como antineoplásicos –contra el cáncer– y tratamientos para enfermedades raras. Medicamentos como Sprycel –para la leucemia–, Herceptín –para el cáncer de mama–, Avastin y otros antitumorales, cuyo precio oscila entre 3.000 y 4.000 euros anuales.

Los fármacos para dolencias poco frecuentes pueden llegar a alcanzar precios prohibitivos, si no fuese porque el paciente no tiene que pagar por ellos. Este es el caso de, por ejemplo, Solaris, para tratar la hemoglobulina paroxística nocturna –una especie de anemia hemolítica–, con un precio de unos 300.000 euros al año.

No obstante, cabe destacar que en el caso de los 426 medicamentos afectados por el «medicamentazo» –el 95 por ciento de ellos no están financiados en ningún país de la Unión Europea–, habrá exenciones para los pacientes crónicos de determinadas dolencias, como enfermos de Crohn, cáncer o colon irritable por lo que aquéllos que más usan estos productos seguirán teniendo las mismas condiciones de acceso a los fármacos que han dejado de financiarse.