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Como queríamos demostrar por Jorge Urosa

La Razón
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Si la izquierda mediática quería demostrar que podía forzar al Tribunal Supremo, en el caso de Garzón lo ha conseguido. El Alto Tribunal ha archivado la causa contra Garzón por aceptar dinero de empresas, por entender que el delito ha prescrito. Para entendernos, los delitos prescriben dependiendo de las penas que lleven aparejadas, conforme al artículo 131 del Código Penal. En este caso, el delito de cohecho al ser «menos grave» prescribe a los tres años, con lo que Garzón se salva por 25 días, a saber: el Tribunal admitió a trámite la querella por prevaricación y cohecho, pero en el Auto de transformación sólo se imputó el de cohecho, por lo que se rebajaba el tiempo de prescripción de cinco a tres años.

 El Juez Marchena declara probado que Garzón no se abstuvo de conocer la querella contra Botín, uno de sus mecenas, que infringió conscientemente el deber de abstención en agradecimiento al dinero recibido y que el dinero que fue entregado en atención a su cargo. Sin embargo su señoría a renglón seguido rechaza la imputación por prevaricación por no ser patente. Garzón archivó la querella, y eso sí parece una prevaricación clamorosa. Sobre la vis exculpatoria de la Fiscalía cuando se trata del ex juez, o de Bono, o de Griñán, sobran comentarios.