Crisis bancaria
Economía incentiva a los accionistas del «banco malo»
Sólo pagarán el 1% de Impuesto de Sociedades. Los inversores extranjeros no tendrán que tributar
MADRID- Los inversores privados que entren a formar parte del capital de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) gozarán de ventajas fiscales tanto si son nacionales como si son extranjeros. En el primero de los casos tendrán que tributar el 1% en concepto de Impuesto sobre Sociedades; los inversores internacionales estarán exentos de tributar en nuestro país las rentas obtenidas por su inversión. El Gobierno ha querido de esta manera intentar atraer capital para cumplir con su intención de que el FROB sea un accionista minoritario de la sociedad de gestión.
Ayer, el Consejo de Ministros aprobó, como estaba previsto, el real decerto que regula el funcionamiento del llamado «banco malo», un instrumento que, a juicio de Luis de Guindos, ministro de Economía, es «más poderoso incluso que las propias inyecciones de capital». La Sareb, el nombre con el que se ha bautizado al «banco malo», permitirá a las entidades financieras que están en manos del FROB ceder los activos inmobiliarios dañados para su gestión y posterior venta ordenada. De esta forma, según el Ministerio de Economía, los bancos podrán dedicarse a dar créditos y captar depósitos.
Un compromiso con la UE
La creación del «banco malo» forma parte del compromiso firmado por el Gobierno español con la Unión Europea en julio de este mismo año para recibir la ayuda financiera de hasta 100.000 millones de euros para la reestructuración del sector bancario. La Sareb comenzará su actividad el próximo 1 de diciembre.
En estos momentos, según destacó De Guindos al término del Consejo de Ministros, se está trabjando en la redacción de los estatutos y la constitución de la sociedad, al mismo tiempo que se selecciona al equipo gestor y se presenta en sociedad a los posibles inversores.
La Sareb se constituye como una sociedad anónima cuyo objeto es la transferencia de activos necesaria para desarrollar el actual proceso de reestructuración y saneamiento del sector bancario. Podrán ser accionistas un conjunto muy amplio de entidades, desde aseguradoras, entidades financieras, fondos de inversión, sociedades inmobiliarias...
Tamaño
Su tamaño máximo se fija en 90.000 millones de euros en activos, aunque se estima que la cifra se situará finalmente en unos 62.000 millones. Se incluye todo el crédito promotor a partir de 250.000 euros, los activos inmobiliarios adjudicados por encima de 100.000 euros y las participaciones en sociedades inmobiliarias.
Con el objetivo de facilitar la venta en el mercado de los activos –alrededor de 89.000 viviendas y más de 13 millones de metros cuadrados de suelo sólo de las cuatro entidades nacionalizadas– se posibilita la creación de fondos con distintos tipos de activos (promociones, viviendas terminadas, suelo) con el fin de facilitar la entrada de inversores especializados. Quienes participen en estos fondos se beneficiarán también de un régimen fiscal especial, que les exime de pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y el impuesto de incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana en los activos que se tranfieran.
Supervisión
La supervisión e inspección de la Sareb correrá cargo del Banco de España. Estas tareas se reforzarán con una comisión de seguimiento a la que podrá incorporarse el Banco Central Europeo.
De Guindos confió en que el «banco malo» no tenga ningún coste para los contribuyentes, aunque en los primeros años haya pérdidas. En el plan de negocio de la Sareb figura una rentabilidad estimada del 14-15% anual durante los quince años de vida de la sociedad. Esta rentabilidad está sustentada en el descuento al que se transferirán los activos desde los bancos nacionalizados: entre el 54,2% para las viviendas terminadas y el 79,5% para el suelo.
Belén Romana dirigirá la Sareb
La ex directora general del Tesoro Belén Romana fue nombrada ayer oficialmente presidenta de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), entidad más conocida como el «banco malo». Su nombramiento para dirigir esta sociedad se produjo en el seno de la Comisión Rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Romana, de 47 años, ha estado vinculada al sector público desde los 29, donde llegó a ser directora general de Política Económica y directora general del Tesoro Público con el anterior Gobierno del Partido Popular. Hasta ahora ejercía como directora general del Círculo de Empresarios.
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