Reino Unido

El tecnócrata que protagonizó el milagro económico portugués

Hijo de un gasolinero, Aníbal Antonio Cavaco Silva nació en 1939 en Boliqueime (en la sureña región del Algarve), donde conoció a su mujer, María Alves de Silva.

Cavaco celebra su victoria junto a su esposa, María Alves de Silva
Cavaco celebra su victoria junto a su esposa, María Alves de Silvalarazon

Madrid- Economista de carre­ra y formado en Reino Unido, dio clases en la universidad hasta que saltó a la política en 1980, cuan­do fue nombrado ministro de Econo­mía. Tras hacerse con las riendas del Partido Socialdemócrata (PSD, conservador) en 1984, ganó dos veces las elecciones legislativas con mayoría absoluta (1987 y 1991), lo que le convirtió en el primer ministro más longevo del Portugal democrático y republicano. Duran­te sus diez años de «cohabitación» con el socialista Mario Soares en la Presidencia de la República, Portugal asistió al periodo más próspero de su historia reciente. Un crecimiento económico anual del 4% y las ayudas europeas favorecieron la construc­ción de grandes infraestructuras y un clima de optimismo. Entre 1986 y 1992 se construyeron 1.300 kilóme­tros de carreteras en todo el país, lo que acortó considerablemente las distancias. Tras ser derrotado en 1996 por el socia­lista Jorge Sampaio en su primer in­tento por hacerse con el Palacio de Belém (residencia de los jefes de Estado lusos), Cavaco decidió regresar a la docencia y trabajar en el Instituto de Estudios del Banco de Portugal. Diez años más tarde, sin embargo, regresó a la vida política para disputar la Presidencia a su más acérrimo enemigo, Mario Soares, y a su rival en los presentes comicios, Manuel Alegre. Al anunciar su candidatura, resumió así sus cualidades para el puesto: «Un buen conocimiento de la realidad portuguesa y del cuadro internacional, experiencia política y responsabilidad».

Aunque con menos votos que lo que predecían las encuestas, Cavaco venció con el 50,5% en la primera vuelta ayudado por la división del socialismo y se convirtió en el primer presidente conservador desde la instauración democrática en 1974. Durante su primer mandato, ha afrontado una incómoda «cohabitación» con el socialista José Sócrates, al que acusa de haber llevado al país a la actual crisis con su despilfarro de dinero público.

Muy católico, hombre de familia y callado, Cavaco se perfilaba como el caballo ganador de las presidenciales celebradas ayer, pese a haber sido el blanco de las críticas de sus cinco rivales. Consciente de que su mayor enemigo es la abstención, Cavaco quiso hacer su último llamamiento al electorado que no ha mostrado interés en los comicios. «Tengo un deseo: que [la abstención] sea inferior a aquella que se verificó cuando mi antecesor disputó por segunda vez la elección presidencial», aseguró el presidente, en referencia a la reelección de Sampaio en 2001, cuando la abstención fue del 50%. Tras treinta años en la vida política lusa, reconoce que no ve la televisión y apenas lee los periódicos. A sus 71 años y apoyado por el PDS y los democristianos (CDS-PP), se presenta como el político experimentado que puede tranquilizar a los mercados y vigilar la gestión del Gobierno socialista. Un presidente, explica, «debe señalar caminos estratégicos para el futuro».