Balance del Gobierno
Cospedal: «Hemos llegado al Gobierno para hacer y no para estar»
María Dolores de Cospedal solemniza la firmeza del PP contra ETA: no habrá concesiones a los terroristas. Agradece a Rajoy su confianza
SEVILLA- Un mensaje sobre la crisis y otro sobre la política antiterrorista. Éstos fueron los dos ejes del informe que María Dolores de Cospedal presentó ayer ante el Plenario del Congreso del PP. En materia de política antiterrorista, quien hoy será reelegida como secretaria general solemnizó el discurso más contundente del partido en contra de la banda terrorista. Un gesto que llega después de la utilización que la izquierda «aberzale» ha hecho de unas palabras del ministro del Interior, Jorge Fernández, en las que aludió a la «dimensión política» del problema de ETA.
«Hoy los españoles saben que con un Gobierno del PP no habrá concesiones de ningún tipo para los que ayer mataban y extorsionaban», sentenció. Desde que el PP llegó al Gobierno, el discurso oficial se ha asentado sobre el principio de que no iban a hacer ningún movimiento, ni siquiera con los presos, hasta que ETA se disolviese. Y que quien tenía que mover ficha, por tanto, era ETA, y no el Ejecutivo. Pero no es la primera vez que unas declaraciones siembran confusión y dan pie a los batasunos, y también a la izquierda, a alimentar el ruido de que el Gabinete de Rajoy está cambiando de posición con respecto a la que mantuvo en la oposición.
El final de ETA
Ayer Cospedal reivindicó la justicia, la legalidad, la dignidad y el reconocimiento de las víctimas. Y subrayó con contundencia que hay que negarles a los terroristas «cualquier posibilidad de justificación de la actuación criminal o de compensación por la cesación de su ejercicio».
«Hoy los españoles, y su Gobierno al frente, lo único que esperan de ETA y sus aledaños es el anuncio de su disolución», añadió.
En clave económica, la «número dos» defendió que el PP ha llegado al Gobierno para aplicar su programa, para gobernar, y no para estar. Un discurso que envolvió con guiños a esa parte de la sociedad más perjudicada por la crisis. Ya en su día dijo que el PP era el «partido de los trabajadores». Y hoy, después de las primeras medidas adoptadas por el Ejecutivo, tan impopulares como la subida de impuestos o la reforma laboral que abarata el despido, sostiene: «Nuestro objetivo es trabajar a favor de los que peor lo están pasando, propiciando el crecimiento y la creación de empleo».
A su partido le instó a no acunarse con la victoria electoral y a primar el proyecto común por encima de los líderes y de los personalismos. Con tanto poder territorial, el PP tiene por delante el reto de imponer un discurso único por encima de los intereses particulares de los «reinos» de cada uno de los barones. «Los personalismos sólo son útiles para quienes pretenden dividir. Y es la unión la que fortalece nuestras estructuras y a quienes la integran. No puede pasarnos como a la mujer de Lot, que mirando atrás se convirtió en una estatua de sal», concluyó la presidenta de Castilla-La Mancha.
LA LUPA
En Génova cuadran las cuentas
8,2 millones de euros. Ése fue el beneficio del partido de Mariano Rajoy en 2010, de los que se destinaron 2,5 millones a amortizaciones. Pero por otro lado, el partido cuenta con una carga hipotecaria de 49 millones de euros. Los gastos de funcionamiento durante 2010 ascendieron a los 76,1 millones. Las inversiones en patrimonio llegaron a la cifra de 11,2 millones y el valor de su patrimonio, a 66,3.
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