Londres
Terry pide disculpas un año después por sus insultos racistas
El defensa del Chelsea John Terry ha esperado al término de su batalla legal de un año para pedir disculpas por los insultos racistas que dirigió al futbolista del QPR Anton Ferdinand, captados por las cámaras en un partido de la liga inglesa.
Los abogados de Terry pusieron en jaque a un juez ordinario con el argumento de que el central, de 31 años, no hizo más que repetir un comentario que antes había hecho Ferdinand, pero no pudieron convencer con la misma tesis a la Federación inglesa (FA), para la que la justificación resultaba "artificiosa"y "poco plausible".
Ante el abrumador informe de 63 páginas que divulgó el máximo organismo del fútbol inglés hace dos semanas para apoyar la sanción de 277.000 euros y cuatro partidos que impuso al jugador, Terry decidió hoy renunciar a su defensa y no recurrir el fallo deportivo.
Su compañero de equipo Ashley Cole, por su parte, aceptó desde el primer momento los cargos que le impuso la FA por insultarles a través de Twitter a raíz de la multa a Terry, un comportamiento impulsivo que finalmente le ha costado una sanción de 90.000 libras (112.500 euros).
Terry aprovechó el comunicado en el que anunció su decisión de renunciar a la apelación para disculparse por utilizar un "lenguaje inadecuado"en el estadio de Loftus Road el 23 de octubre de 2011.
Con todo, el inglés señala que continúa "decepcionado"por la decisión de la FA y puntualiza que sus palabras no fueron las más acertadas "a pesar del contexto".
El Chelsea, que brindó su apoyo al jugador en los tribunales y había señalado que esperaría al final del proceso para anunciar una eventual sanción disciplinaria, anunció hoy que ha tomado medidas contra Terry, si bien se negó a revelarlas y las declaró "confidenciales".
La organización contra el racismo en el fútbol "Kick it out", subvencionada, entre otros, por la FA, la Premier League y la Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA, por sus siglas en inglés), criticó esa decisión del club propiedad del petrolero ruso Roman Abramovich al considerarla "perjudicial".
"El Chelsea debe ser transparente respecto a las medidas que toma contra el jugador. Muchos aficionados estarán disgustados con la entidad por no haber defendido mejor sus valores. La situación daña aún más la confianza de aquellos que sospechan que el Chelsea no ha sido claro en este proceso", afirmó su presidente, Herman Ouseley.
La renuncia de Terry a recurrir la sanción es el último movimiento de un pulso entre la Federación inglesa y el defensa del Chelsea en el que el organismo parece haber dicho la última palabra.
La FA no quiso pronunciarse sobre el caso de los insultos racistas mientras los hechos estuvieran en manos de la justicia ordinaria, donde llegaron por la denuncia de un aficionado cuya identidad no ha trascendido, pero sí decidió retirarle el brazalete de capitán de Inglaterra aún antes de ser juzgado.
La decisión enfureció al seleccionador Fabio Capello, que consideró que la Federación había despreciado su autoridad al frente del banquillo inglés y decidió abandonar su puesto de manera abrupta en febrero, pocos meses antes de la Eurocopa de Polonia y Ucrania.
El último coletazo del caso que afectó al combinado de Inglaterra lo dio Terry el 24 de septiembre, tres días antes de que el máximo organismo del fútbol inglés anunciara una sanción contra él que se esperaba ejemplar.
El defensa "blue", 78 veces internacional desde su debut con el combinado nacional en 2003, decidió anticiparse al castigo de la Federación y anunció que no pensaba volver a vestir la camiseta de los Tres Leones.
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