«Hay un resurgimiento de tos ferina en España»

Si los síntomas son similares a los de un catarro prolongado... ¿cómo podemos identificarla?
La tos ferina es una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias altas causada por una bacteria. Si bien al comienzo la infección puede parecer un catarro, al cabo de unos días la tos aumenta en intensidad y aparece en forma de crisis o ataques tusígenos. Con frecuencia la tos produce vómitos, congestión y enrojecimiento de la cara y, a veces, al niño se le ponen los labios amoratados. Algunos niños de pocos meses pueden sufrir episodios de apnea o ausencia transitoria de la respiración.

Al transmitirse por vía respiratoria, ¿el aire acondicionado del metro y los autobuses o centros comerciales puede ser una fuente de infección?
El mecanismo de contagio es a través de gotas expulsadas por el enfermo al toser, hablar o estornudar. Es decir, requiere un contacto directo, íntimo y estrecho con un niño con tos ferina. No se transmite por vía aérea, a través del aire.

¿El paciente debe permanecer aislado?
Sí, durante los cinco días que dura el tratamiento antibiótico. Una vez concluido ese periodo puede permanecer en contacto con otras personas. Durante el aislamiento, es aconsejable que las personas de su entorno usen mascarilla y sigan la profilaxis con el mismo antibiótico que el enfermo. Después de este periodo de cinco días el paciente no está curado, pero sí deja de ser contagioso. La tos puede durar aún semanas. De hecho, en China la llaman «la tos de los cien días», aunque ese tiempo sería el máximo, lo habitual es que dure de cuatro a seis semanas.

¿Cómo se puede prevenir?
La única prevención es la vacunación. Existen dos tipos de vacunas: la DTPa (difteria, tétanos y tos ferina), que se utiliza en los niños menores de siete años, y la dTpa, que se administra a los mayores de siete años, los adolescentes y los adultos. Esta última tiene menos carga antigénica porque la DTPa podría ser más reactógena para los niños mayores y los adultos. No obstante, ambas son igual de efectivas, en torno al 80 por ciento.
º¿Cuántas dosis se necesitan y en qué intervalos deben aplicarse?
En la infancia son cinco dosis, a los dos, cuatro, seis y 18 meses. La quinta se administra entre los cuatro y los seis años. La Asociación Española de Pediatría y algunas CC AA ya han introducido la sexta dosis para adolescentes. Y la Asociación Española de Medicina Preventiva y la de Geriatría aconsejan la vacunación en adultos y personas mayores.

¿Puede contraerse por segunda vez la enfermedad?
Las vacunas de la tos ferina proporcionan una inmunidad que se pierde con el paso del tiempo. Al cabo de entre cuatro y 12 años, según el individuo, éste pasa a ser susceptible y puede volver a sufrir la dolencia. Y si la persona ha pasado la tos ferina, puede padecerla de nuevo si no se vacuna.

¿Qué grupo de población es más vulnerable?
Es la de menos de seis meses, por dos motivos principales. Uno, que a esa edad aún no se han administrado las tres dosis necesarias de la primera vacunación. Y otro es que en edades inferiores a los dos meses de vida, todavía no se ha iniciado la inmunización.

¿Cómo se les puede proteger?
El único mecanismo de protección del niño menor de seis meses de edad es vacunar a las personas de su entorno más cercano, como padres, abuelos, hermanos, cuidadores y personal sanitario de los hospitales infantiles y de las guarderías. Es lo que nosotros hemos denominado como la estrategia del nido. Sin olvidar que la vacunación sistemática de los adultos sería lo más efectivo.

¿Se puede solicitar la vacuna al médico de cabecera?
Sí. Con prescripción médica y se debe administrar en la consulta. Con el tiempo confiamos en que las CC AA la incluyan en el calendario de todos los adultos y adolescentes. De esta forma en lugar de vacunarse cada 10 años de difteria y tétanos se haría con la vacuna dTpa, con la tos ferina incluida.

¿En qué puesto está España en casos respecto a Europa?
Se ha producido un resurgimiento en los últimos años con la aparición de brotes importantes. En Cataluña, por ejemplo, recientemente hubo un brote que afectó a 101 personas en una comarca de Gerona. Sin embargo, en las estadísticas oficiales (EDO o enfermedades de declaración obligatoria) no se observa una incidencia importante por la infradeclaración que existe. Por otra parte, el problema es que el médico en ocasiones no piensa en una tos ferina ante una tos prolongada cuando el paciente es un adulto. Y ocurre porque se sigue pensando que es una enfermedad propia de la infancia cuando es una enfermedad de todas las edades.
 

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