Endesa

Endesa acusa al Gobierno de convertir las renovables en una «pesadilla»

Fulvio Conti, consejero delegado de Enel, y Borja Prado, presidente de Endesa
Fulvio Conti, consejero delegado de Enel, y Borja Prado, presidente de Endesalarazon

«Cuando los experimentos se salen de madre se convierten en pesadillas». Así de contundente se mostró ayer el presidente de Endesa, Borja Prado, al referirse a la política impulsada por el Gobierno socialista sobre las energías renovables.Durante su discurso en la Junta de Accionistas de la eléctrica, Prado denunció que, mientras las empresas españolas hacen sus deberes a pesar de la crisis, la maraña regulatoria y los cambios legislativos, el Ejecutivo mantiene políticas cortoplacistas que perjudican el normal desarrollo de las compañías: «Las opciones políticas dejan de ser legítimas si ponen en peligro el abastecimiento de energía», llegó a decir.En este sentido, aseguró que «en este momento de tempestad el país necesita energía barata que vuelva a catalizar el crecimiento económico», por lo que abogó por un mix energético equilibrado y plazos razonables para optimizar la necesaria transición tecnológica. Por ello, propuso alargar la vida de las centrales nucleares hasta los 60 años, aportando al sistema energía limpia y barata, sobre todo cuando no hacerlo supondrá, según sus cálculos, un sobrecoste de hasta 5.000 millones de euros anuales. También reclamó de nuevo que las renovables dejen de ser la niña bonita: «Hacer pivotar el sistema eléctrico sobre ellas es un lujo inabordable para una economía en crisis», destacó. «Las renovables deben tener un sitio en el sistema, pero mientras sus kilowatios sean cinco veces más caros que los de otras fuentes seguras y limpias no pueden ocupar el sitio sustancial que hoy tienen», añadió Borja Prado.En la misma línea, el presidente de Endesa denunció que el Ministerio de Industria aún no haya puesto en marcha el mecanismo para saldar la deuda del sistema con las eléctricas, algo que «afecta muchísimo a la cuenta de resultados». En concreto, Endesa soporta un déficit de tarifa (que se genera porque los ingresos por el recibo de la luz no cubren todos los costes del sistema) de 7.423 millones de euros, y se incrementa en 155 millones cada mes, según los cálculos de la eléctrica.