Valencia

Un estudio revela que los azúcares de las microalgas pueden reforzar el sistema inmune

Un estudio elaborado por cuatro centros tecnológicos, entre ellos dos vascos, ha revelado que los polisacáridos (azúcares) extraídos de ciertas microalgas pueden ser aplicados como ingredientes funcionales de la alimentación para reforzar el sistema inmune del organismo. La investigación se está llevando a cabo dentro del denominado proyecto Inmugal, en el que participan los centros tecnológicos AINIA (Asociación de Investigación de la Industria Agroalimentaria) de Valencia; AZTI-Tecnalia del País Vasco; INBIOTEC (Instituto de Biotecnología) de León y la Fundación Leia, un Centro de I+D perteneciente a la Red Vasca de Tecnología. Este proyecto tiene como objetivo principal generar alimentos con funciones inmuno-estimuladoras para el organismo a través de la incorporación de compuestos con propiedades beneficiosas para la salud obtenidos de ciertas microalgas. Las investigaciones han demostrado que ciertas microalgas son una fuente de sustancias con alto valor nutritivo como vitaminas, ácidos grasos o aminoácidos esenciales, que son complementos excepcionales para la alimentación y que pueden aportar efectos beneficiosos para las personas. El proyecto Inmugal se dirige a trabajar con los polisacáridos (cadenas de azúcares) que contienen importantes propiedades, como la de favorecer las reservas energéticas, y los primeros resultados indican que estos compuestos obtenidos de las células de ciertas microalgas pueden ser aplicados como ingredientes funcionales en la alimentación para reforzar el sistema inmune del organismo. Ahora se trabaja en varias líneas, entre otras el cultivo y crecimiento de las microalgas objeto de estudio, la recuperación y extracción de los polisacáridos de las mismas, su protección (microencapsulación del polisacárido) y el estudio de su comportamiento en modelos animales e «in vitro», entre otros. Este proyecto, liderado por AINIA, está subvencionado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y cuenta con un presupuesto de 1,5 millones de euros y una duración de dos años. El hecho de que se trate de un trabajo entre varios centros tecnológicos tiene como objetivo estratégico la aplicación y el desarrollo de los conocimientos y la tecnología más avanzada de cada uno de los centros en una línea común que permita avanzar en la obtención de compuestos activos potenciales CAVA (Compuestos Activos de Alto Valor Añadido) para su aplicación en la alimentación.