Sanidad
«Un hospital debe ser compacto e intuitivo donde el paciente no se pierda»
En febrero se finalizará el hospital universitario y politécnico La fe de valencia. El centro más grande de la comunidad está pensado para reducir los movimientos verticales de los enfermos
Hace menos de un año desde la Generalitat Valencia auguraban la apertura en 2011 del nuevo Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia. La promesa se mantiene; las consultas ya están funcionando y parece que el traslado definitivo se hará durante el mes de febrero.
Diseñado por Alfonso Casares (Aidhos Arquitect) y Ramón Esteve Estudio de Arquitectura, es el hospital más grande en tamaño de la Comunidad Valenciana y el segundo en número de profesionales. Con sus 265.000 m2 y sus más de mil camas podrá atender anualmente a 45.244 hospitalizados, 690.000 pacientes en áreas de consulta y 25.000 en cirugía. Para hacerse a la idea, baste decir que la instalación eléctrica es equivalente a la de una ciudad de 50.000 habitantes. Del total de la construcción, 171.000 m2 están dedicados exclusivamente a hospitalización y atención ambulatoria.
Un enorme hospital que responde a las exigencias arquitectónicas actuales de centros grandes, modernos y generales. Aunque la tecnología permita centros de atención sanitaria más pequeños, los grandes hospitales generalistas ocupan mucho espacio no sólo en el terreno sino como imagen del Estado del Bienestar. Es precisamente esa intención de amabilidad y humanización la que ha guiado la planificación arquitectónica de este complejo, para que tanto pacientes como familiares y profesionales no deambulen perdidos por esta gigante estructura. Cada planta mide unos 350 por 200 metros, y esto significa que «hay que ordenar la circulación para que la gente entienda dónde está. El hospital debe ser compacto e intuitivo para que el paciente no se pierda», explica Casares.
Para conseguir este orden arquitectónico se ha construido sobre el solar un único edificio de cuatro bloques conectados en su interior y que corresponden al Área Asistencial, Investigación, Docencia e Instalaciones Administrativas. Es en el primero de ellos donde se reinterpreta el espacio para ganar comodidad. Un gran basamento de tres plantas ubica los servicios de Urgencias, Radiodiagnóstico y Medicina Nuclear.
áreas temáticas
Sobre ellas la primera planta de Quirófanos y Cuidados Intensivos y desde ahí se alzan seis torres con siete plantas para los servicios clínicos y unidades de hospitalización. Lo novedoso es que se concentran por áreas de conocimiento. «A cada zona de hospitalización de las plantas de arriba le corresponden sus unidades y servicios de consulta inferiores», explica Casares. De esta manera «se reducen al mínimo los movimientos verticales».
El arquitecto señala que la elección de materiales es complicada porque es fácil caer en un popurrí y porque de la construcción depende también la propagación de enfermedades propias de estos recintos. Aunque se ha evolucionado mucho desde los años 30 en los que el uso de cristales, azulejos o vidrios era más una metáfora que una realidad, ahora «las infecciones son más duras. Sigue siendo uno de los grandes problemas de los hospitales», según Casares, quien también insiste en que la tecnología y los protocolos médicos han avanzado mucho, hasta conseguir una gran asepsia, sobre todo en sitios clave como los quirófanos. Este centro hospitalario se ha construido con dos materiales básicos, hormigón para la estructura y vidrio con «altos índices de protección solar y acústica» para los cerramientos.
De edificio sano a centro sanador
La primera guía verde hospitalaria, «Sostenibilidad en centros sanitarios» (editorial plataforma), ha visto la luz esta semana. El doctor Enric Aulí Mellado resume en ella los pasos de la construcción respetuosa con ejemplos divulgativos y con la integración de los profesionales sanitarios que «pueden participar en la definición que la sostenibilidad está haciendo de la sociedad», en palabras de Aulí.
Este manual recoge desde sistemas constructivos a soluciones exclusivas del mundo sanitario e independientes del edificio. Las infecciones por agentes biológicos, como la legionela, siguen siendo uno de los principales problemas en los centros, aunque están apareciendo soluciones como la renovación del cien por cien del aire o la desinfección por radiación ultravioleta. Un edificio «sano» incluye un buen aislamiento, materiales que contengan los costes energéticos y no tengan riesgos para la salud e incluso, el estudio del geomagnetismo del terreno y la filosofía del feng shui. Algunas formas constructivas tienen consecuencias en la recuperación de los enfermos como la luz natural o los jardines sanadores, unos espacios que hasta 1920 aparecían en la planificación arquitectónica hospitalaria.
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