Barcelona

OPINIÓN: Lodos

La Razón
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Habiendo sido gobernados por talibanes progres como la ministra Miembra la vuelta a la cordura se hace difícil. El juez del Olmo está en el intento. La frase real a que responde su famosa sentencia iba dirigida al hijo: tu madre tendrá que ir como una zorra, mirando para delante y detrás. Y eso, efectivamente, no es un insulto. Y menos un delito. Pero al romper caprichosamente los talibanes el principio de igualdad del art. 14 de la Constitución se ven obligados los jueces a hacer encaje de bolillo para salvar algún componente de justicia entre la farfulla ideológica que les impuso la violencia de género, ese engrudo infumable. Empezaron en Barcelona, donde dieron con la martingala de distinguir entre los insultos o agresiones que son expresión de desigualdad y los que no. Un señor juez le había dado unas cuantas a su señora, notaria; entendieron los jueces que aquellas bofetadas no eran expresión de desigualdad, al contrario, y lo dejaron en falta; el juez salvó su carrera y su cargo. Así que si un juez se casa con una jueza y un día la lían parda habrá que televisar la refriega en «prime time» para (enseñar deleitando) mostrar a las generaciones el camino de la auténtica igualdad según la ínclita Bibiana. Aquellos polvos nos han traído estos lodos: una legislación inconstitucional desarticula el sistema, conduce a aberraciones y al cabo nadie entiende nada. Ni siquiera el juez, que hace lo que en su mano está para salvar la justicia de sus teóricos valedores. Juan del Olmo es un buen juez, pero con mala suerte. Contra él vale todo, incluso dar por cierto lo que no lo es. Quien ha leído la sentencia acaba entendiendo pero ganan los que prefieren una verdad inventada porque vende más.