Manhattan
High Line: El jardín en el cielo de Nueva York
Nueva York dio hoy la bienvenida a la apertura oficial al público de la muy esperada ampliación del High Line, un innovador parque construido sobre antiguas vías de tren que recorren el lado oeste de la isla de Manhattan a nueve metros de altura.
Cientos de neoyorquinos y turistas recorrieron por primera vez el segundo tramo del nuevo jardín de moda de la Gran Manzana, que se extiende ya desde la calle Gansevoort hasta la número 30, por más de kilómetro y medio de vías abandonadas que han sido reinventadas para romper con el concepto tradicional de lo que es un parque.
Pocos esperaban cuando se inauguró su primer tramo en junio de 2009 que esta original manera de rehabilitar una vieja línea ferroviaria traería consigo un enorme florecimiento económico en los tres barrios que ya atraviesa -Meatpacking, Chelsea y Midtown-, y que se convertiría en una de las zonas verdes más visitadas de la ciudad del famoso Central Park.
Sin embargo, este imaginativo parque ha sido visitado por más de dos millones de personas tan solo el año pasado y desde su apertura ha generado unos 2.000 millones de dólares en inversión privada, la construcción de dos hoteles -entre ellos el Standard, uno de los más exclusivos de la Gran Manzana- y la creación de 12.000 puestos de trabajo, aunque su construcción ha costado 153 millones de dólares.
Fue hace una década cuando se empezó a discutir qué hacer con esta vieja y abandonada línea de tren, construida en los años 30 para transportar mercancías a lo largo de la Décima Avenida con las que abastecer las fábricas en las orillas del río Hudson.
Pero si entonces la mayor parte de los comerciantes y propietarios de edificios en ese área abogaban por la demolición de las viejas vías, hoy la apertura de la segunda sección de este parque es celebrada tanto por los dueños de locales de la zona como por los neoyorquinos, que llevaban dos años esperando la ampliación de este exitoso parque.
"Este mágico jardín en el cielo no solo se ha convertido en la característica que define los barrios del Meatpacking y Chelsea, sino que ha demostrado al público cómo la inversión pública en un espacio abierto puede estimular el desarrollo económico y la excelencia en el diseño", dijo la comisaria de planificación urbanística de Nueva York, Amanda Burden, en la inauguración.
Al igual que en el primer tramo, la decoración de sus jardines se inspira en las plantas salvajes que crecieron entre las vías cuando dejaron de ser transitadas hacia los años 80, y desde allí se podrán observar las aguas del río Hudson, los emblemáticos edificios con escaleras de incendios de Chelsea y los icónicos edificios Chrysler y Empire State, así como el legendario hotel New Yorker.
Además, con la apertura de esta segunda sección -que duplica el recorrido inicial del High Line- se ofrecerán numerosas actividades culturales en el parque, entre las que se prevén una escultura de Sarah Sze, una instalación sonora de Julianne Swartz y una exposición de fotografía de Joel Sternfeld, así como espectáculos de danza de la compañía de baile de Trish Brown.
"El High Line se ha convertido ya en un destino de reconocimiento internacional y en un icono de la ciudad de Nueva York, por lo que la apertura de la segunda sección lo convierte en una experiencia aún más agradable", dijo el alcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg, al cortar la cinta inaugural.
El alcalde anunció que la joyería Tiffany's ha decidido donar 5 millones de dólares a este proyecto para completar la construcción del parque, que con su tercera y última sección se ampliará hasta la calle 34.
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