Moscú

La camisa de fuerza de Mourinho

La Razón
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Helen regresó de Moscú; no se vio el viernes en La 1. La recibimos Harry y yo en la T-4. En sus ratos libres espían al fútbol español, que les apasiona, y les sirvo de chófer-cicerone. «Llevaba en el bolso una foto de Nadal y en la Plaza Roja me la cambiaron por dos Raketas. Creo que estos relojes son más falsos que los que trajiste tú de Pekín en los Juegos Olímpicos». Helen me lanzó el dardo habitual, lo esquivé con tanta elegancia que Harry sintió envidia; contraataqué con la derrota del Madrid en el Ciutat de València. Helen es madridista, no, pseudomadridista, cultiva los valores. «Lo vi en un canal internacional –prosiguió–; un robo. Turienzo es malísimo». «Eso no es excusa para no ganar al Levante», terció Harry, culé, «pero fue peor que Mou culpara a Khedira, que se quejara del campo y que llamara provocador al Levante, él, después de lo que le hizo al Barça la temporada pasada. ¿Sabéis cuál es la frase de moda en los pasillos del Bernabéu? «Palabra de Mou; te alabamos, entrenador». Los tiene a todos acongojados; Chendo sólo responde a un periodista si Mourinho no está cerca. Mou le ha puesto una camisa de fuerza al Madrid y ha implantado la ley del terror...». «Para, que me bajo, estoy harta de escuchar tonterías». Frené, Helen bajó y Harry y yo nos quedamos como los de Tudela. Mencionar a Mourinho y estallar la guerra, todo uno. No pudimos analizar la contundente victoria ante el Rayo, un bálsamo; ni la «manita» del Barça al Atlético; otra vez el Atleti en la Liga de los pequeños. La otra le viene grande.