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Antijudaísmo

La Razón
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Tenemos 500 años de historia en común y estamos poblados de los apellidos judíos que adoptaron los conversos (Zapatero, Toledano, etc.) de sus oficios o naturalezas para evitar no ser expulsados en 1492 junto a la morisma.

En las Baleares los chuetas se quedaron en masa, y los que optaron por otra diáspora hoy conservan el sefardita.

Somos el pueblo más antijudío de Europa, por delante de Rusia y Polonia, paradigmas actuales de antisemitismo.

Felipe González y Simon Peres (Pérez) gobernaron a la par, sintonizaron en la Internacional Socialista, hubo química entre ellos y España reconoció a Israel.

Zapatero pertenece a otra generación y se puso el pañuelo palestino. Escombrado el socialismo real, la izquierda ha buscado nuevas causas, entre ellas, el reduccionismo de los desamparados palestinos ante el brutal militarismo israelí, análisis haraposo que suma peras con manzanas. Israel es un Estado Occidental, democrático y plurirreligioso en un piélago de tecnocracias.

Son nuestros amigos y no el fundamentalismo iraní que quiere degollar a los judíos y hacia el que tendemos dulcemente en esa Alianza de Civilizaciones que es pasear a un perro muerto.

Que más del 38 por ciento de los españoles y el 57 por ciento de nuestros adolescentes se declaren antijudíos es una señal de alarma ante lo que entendemos por utopías.
Prefiriendo «la kefya» palestina a «la kipá» hebrea estamos regresando a nuestra propia Edad Media.