Murcia
Diógenes somos todos
Madrid- Abra los cajones, rebusque en las cómodas e inspeccione los armarios. Usted debería haber encontrado hasta 53 artículos que ya no utiliza. Y, lo más interesante: podría obtener por ellos alrededor de 2.169 euros. Así lo asegura un estudio encargado por eBay, que sitúa a nuestro país en el cuarto puesto de Europa en los que más objetos se acumulan por hogar. Sólo nos adelantan en este «ránking» Italia –casi 85 objetos por casa–, Bélgica –64– y Austria –54–. Por contra, Irlanda –41 objetos–, Francia –41–, Alemania –39– y Reino Unido –28– estarían por debajo en cuanto a acaparar artículos.
Ahora bien, ¿cuál es el límite entre guardar objetos con un valor especial para nosotros y padecer, directamente, un trastorno patológico? No en vano, un uno por ciento de la población española padece un trastorno acumulativo –o conocido popularmente como «síndrome de Diógenes»–, mientras que entre un 5 y un 10 por ciento opta por una acumulación de objetos que roza lo patológico. «Hay una tendencia normal en la mente humana a guardar objetos, cuyas raíces son antropológicas», explica José Luis Carrasco, jefe de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. La tendencia a acumular es explicable, ya que antes, en años de escasez, no se podía. La patología se desarrolla cuando la tendencia es muy exagerada. Hace tan sólo dos días, en Cartagena (Murcia), varios operarios retiraron casi cinco toneladas de basura de la casa de una anciana de 98 años que vivía con su hija.
La acumulación obsesiva afecta igual a hombres y mujeres y no surge de la nada. «Se produce por la alteración de algunas áreas del cerebro, las glándulas basales que regulan la medida de las cosas. Es un círculo repetitivo que nunca termina», afirma el psiquiatra. Aunque en algunos momentos, «el enfermo se vuelve más objetivo, el estrés y el cansancio vuelven a acentuar su trastorno».
¿Qué objetos –muchos de ellos completamente nuevos– acumulamos en casa sin que vuelvan a ver la luz del sol? Según eBay, los más recurrentes –hasta 13 unidades– serían aquellos relacionados con ropa y accesorios –abrigos, chaquetas, bolsos, joyas, relojes...–, pero también los «gadgets» tecnológicos –cinco artículos–. Tampoco faltan los objetos de coleccionismo –sellos, monedas, postales, cómics...–, hasta el punto de contabilizar 17 en cada hogar. Con todo, uno de los artículos más mencionados han sido las cafeteras. También son habituales los bolsos –las españolas guardan más de tres que ya no usan, mientras que las italianas tienen 4,2 en desuso–. Mientras, los cómics podrían proporcionarles pingües beneficios a los belgas –guardan 17,5 que ya no leen–, y una pequeña ayuda a los españoles –5,13 en cada hogar–.
Fuerza sentimental
EBay estima que, si tenemos en cuenta que en España hay alrededor de 14 millones de hogares, y cada uno posee 2.169 euros en bienes inútiles –sería el precio que alcanzaría en el portal de subastas–, podría deducirse que en nuestro país hay más de 30.640 millones de euros inutilizados. «Hay un tendencia que indica que el 20 por ciento de los españoles sólo vende o se deshace de sus objetos antes o después de una mudanza. Puede ser por vaguería, o porque nos da pena. Pero somos muy sentimentales con muchas cosas», apunta Ana Díaz, directora de comunicación de eBay España. No son sólo los sentimientos los que juegan un papel importante a la hora de almacenar cosas, el repetido «por si acaso» convierte nuestros hogares en almacenes improvisados. «Tenemos una tendencia natural a mantener la ropa, pero no sólo eso, también acumulamos comida –que termina caducada en la nevera–, y medicamentos. El ritmo de vida acelerada que llevamos y el incremento de nuestro poder adquisitivo también han ayudado a generar estas situaciones», explica Carrasco. Eso sí, el experto tiene claro que si «las personas necesitaran de verdad vender los objetos que no utilizan, lo harían».
Lo cierto es que a raíz de la crisis, los españoles se han entregado de lleno a las casas de empeño y a los negocios de «compro oro», aseguran desde la asociación de consumidores Facua. «Estos últimos han proliferado enormemente en los últimos tiempos», señala Rubén Sánchez, secretario general de Facua. Ahora bien, los «vendedores» deben tomar una serie de precauciones antes de acudir a estos establecimientos: comparar entre varios sitios; asegurarse que tienen derecho de recomprar su producto.
«Secuestrar» a la propia familia
Los casos de acumulación compulsiva no sólo afectan a las personas que los sufren, implican a todos los que conviven con ellas. «Por mi consulta han pasado un par de casos en los que el patriarca «secuestró» a su propia familia. Dormían todos juntos en una sola habitación, rodeados de columnas de libros y de periódicos», explica el catedrático de Psiquiatría José Luis Carrasco.
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